Racismo

Hace un mes hablaba con unos amigos sobre diferentes temas, entre los cuales estaba el de los africanos y su situación en España, concretamente en Cataluña. Escuché con mucha sorpresa de qué forma están viviendo: en sucios barracones sin agua corriente, ni luz, etcétera, y sólo por un salario miserable y un techo donde cobijarse en un país extraño. Mas me dije que seguramente eran murmuraciones, así que deseché mi idea inicial de escribirle a usted sobre esto. Pero ya no hay lugar para dudas: su propio periódico sirve de fuente para todos aquellos que no queremos seguir tapándonos los ojos ante lo que está ocurriendo. El artículo Ser negro en Cataluña escrito por Francesc Valls y Lluís Visa va más allá. Constituye una voz de alarma ante el auge actual de ese sentimiento xenófobo que agita hoy día a nuestra sociedad. Nosotros, que a nosotros mismos nos llamamos "cristianos" y, por supuesto, firmes creyentes de los honorables principios de la Revolución Francesa, es decir, de la libertad, fraternidad e igualdad, sencillamente u-ti-li-za-mos a otros seres humanos sin piedad, les infravaloramos para sentirnos superiores y les criticamos. Ese "no se saben comportar", sí, los "morenos" se entiende, según dice la "docta" propietaria del bar Delicias -¿de qué tipo?-. Racismo, señores. Es hora de que todos hagamos algo para solucionarlo, incluido el Gobierno español, al ser los inmigrantes también de su responsabilidad, por lo menos desde el punto de vista ético y moral.-