Los textos del IV Congreso de CC OO / y 2
Junto a la crítica realizada por el autor al informe que presentará Marcelino Camacho en el IV Congreso, propone un texto alternativo que propicie un mayor acercamiento de los trabajadores a los sindicatos y nuevas fórmulas de integración, junto a una profundización de la unidad entre las centrales sindicales y un intento de que las decisiones partidistas no influyan tanto en la vida cotidiana de los sindicatos.
Los puntos más destacables de nuestro informe alternativo, esquemáticamente descritos, serían:
1. Desde una perspectiva mundial, tras 15 años del inicio de la crisis económica, no podemos seguir transmitiendo la idea simple de que estamos en una fase del ciclo económico, llamada crisis, que más pronto que tarde se superará. Estamos ante algo más. Lo que estamos viviendo es un cambio estructural en la producción económica que afecta al conjunto de las fuerzas productivas, esto es, a los medios de producción -máquinas, métodos, instalaciones, etcétera- y a la fuerza del trabajo -asalariados- Es un cambio determinado por la revolución técnica y científica que se manifiesta claramente en los países más desarrollados y que tiende a extenderse y profundizarse.
2. La necesidad de financiar todo lo que gira en tomo a ese cambio -investigación, sustitución de medios de producción, etcétera-; su coincidencia con el gigantesco gasto de la carrera armamentística; el hecho de que en nuestra área sea el sector privado del destinatario de la sobreacumulación de capital y que la hegemonía la ejerza el imperialismo norteamericano explica la intensidad de la expoliación del Tercer Mundo, la superexplotación de la clase obrera en los países emergentes, el actual 'orden económico internacional y la división internacional del trabajo. Explica el ataque al estado de bienestar en Europa y las agresiones a conquistas históricas del movimiento obrero.
3. Lo que se está ventilando en este período es si el tipo de sociedad que ha ido configurándose a lo largo de los últimos 15 años cristaliza o entra a su vez en crisis. Es decir, se ventila si el paro masivo, la segregación social, la inseguridad en el trabajo, la creciente desigualdad en el reparto de la riqueza, los ataques al sector público de la economía, etcétera, se institucionalizan y pasan a ser los rasgos característicos de la sociedad futura o, por el contrario, la lucha de los pueblos, de los trabajadores, de las fuerzas de la paz y el progreso invierten el signo de este tiempo, recomponen la izquierda, sueldan la fragmentación del mercado de trabajo, ayudan a la unidad de los trabajadores y contribuyen a una mayor igualdad social.
4. Apostar por que entre en crisis el modelo de sociedad que ha venido configurándose también en España obliga a CC OO a definir los problemas básicos y fijar objetivos y prioridades.
Problemas de afiliación
Por ejemplo, un problema básico es que en nuestro país más de un tercio de trabajadores está fuera de la lucha, de la acción organizada y articulada por los sindicatos. No es sólo un problema de afiliación.
Hablamos de tres millones de parados; de dos millones largos en la economía sumergida, parte de los cuales ni siquiera figuran en la estadística de población activa; de un millón entre trabajadores autónomos -que no lo son realmente-, cooperativistas que han buscado salir del pozo del paro asociándose en ocupaciones marginales para el sistema, titulares de sociedades anónimas laborales surgidas de la quiebra de sus correspondientes titulares capitalistas, etcétera. Hablamos, en definitiva, de más de cinco millones de verdaderos trabajadores de muy difícil articulación en la lucha de clases. Si a ellos se les suma el millón y medio de eventuales en la economía regular sacaremos al menos un par de conclusiones:
a) Que la desmembración de nuestra clase es el rasgo más característico que el capitalismo ha conseguido imponernos a finales del siglo XX para facilitar la explotación del trabajo humano.
b) Que dar respuesta sindical, reivindicativa y organizativa a este problema es básico para cualquier estrategia.
5. A la hora de fijar objetivos debemos retener que en el marco de la revolución técnica y científica, con unas políticas tendentes a la sobreacumulación de capital en manos privadas, con la desviación de recursos hacia el armamentismo y con gigantescas masas humanas abocadas al subconsumo, no son concebibles en muchos años tasas de crecimiento económico capaces de absorber el desempleo.
De ahí que, en lo que a nosotros respecta, algunos ejes de actuación, con vistas al futuro, deberían ser:
- Articulación del conjunto de los trabajadores en la lucha sindical.
- Distribución mucho más equitativa de la riqueza y trabajo existentes.
- Lucha por un mayor crecimiento económico.
6. Los puntos que podrían definir una línea de política sindical a medio plazo serían:
a) Acentuar el filo reivindicativo de la acción sindical, diversificándola en función del complejo entramado que forma hoy la clase trabajadora.
b) Inscribirla acción reivindicativa en el objetivo de una política económica progresista.
c) Favorecer la unidad de los trabajadores, favoreciendo en primer término la unidad de acción con UGT.
d) Adecuar la organización al tipo de acción sindical que se desprende de lo anterior y que se resume en el lema hacer sindicalismo por abajo, ir a las empresas, ir donde estén los trabajadores. Por cierto, no hubiera estado mal como lema del IV Congreso de Comisiones Obreras.
e) Redistribuir los recursos humanos y materiales en función de ese tipo de sindicalismo que requiera la situación.
f) Superar en lo posible las tensiones internas en Comisiones Obreras.
7. La importancia de favorecer la unidad de los trabajadores a través de propiciar la unidad de acción entre los sindicatos, particularmente entre CC OO y UGT, exige la máxima prudencia en el tratamiento de los problemas de los otros. Instrumentalizar esos problemas es un mal servicio a la unidad de acción.
Unidad de acción
Desde esa prudencia, huyendo de forzados unitarismos, partiendo de que la pluralidad tiene causas objetivas y se traduce en modelos sindicales diferentes, se puede avanzar en la unidad de acción.
A título meramente enunciativo proponemos varios puntos de examen común entre CC OO y UGT:
- Valoración y tendencias en la situación social y económica.
- Iniciativas posibles para, de común acuerdo, intentar mejorar la situación de los trabajadores.
- Iniciativas para favorecer la afiliación y el poder negociador.
- Código de conducta en las relaciones mutuas.
8. Por último, recomponer la convivencia en CC OO entre sus distintas corrientes y tendencias exige algo más que una simple declaración de intenciones.
- Exige asumir el significado profundo de lo que es una organización plural, que entre otras cosas significa que la corriente afín a IU asuma que es también una corriente y no la representación genuina de CC OO, que considera espurias a las demás.
- Exige sustraer a CC OO de propuestas y decisiones partidarias, como, por ejemplo, inducir el voto o utilizar en ocasiones el sindicato para favorecer a un partido o una formación política muy concreta.
- Exige que la pluralidad, en las proporciones realmente existentes, se refleje en todos los órganos que de derecho y de hecho asumen funciones de dirección y representación.
- Exige huir de concepciones que en la práctica equivalen a trasladar, incluso deformadamente, un funcionamiento similar al de los partidos con centralismo democrático. Como confederación, y además sindical y plural, la autonomía de las confederadas es esencial.
Como el lector habrá podido constatar, lo de pluralidad en CC OO no es sólo una palabra o un rótulo propagandístico. Precisamente es el propósito que algunos tienen de distorsionarla lo que subyace en lo ocurrido desde el III Congreso, agudizado en el proceso hacia el cuarto.
es secretario de relaciones institucionales de la CS de CC OO.
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