Inesperado descenso de la actividad
Los mercados de valores han vivido una de esas sesiones en las que lo único destacable es la falta de actividad, hecho que preocupa bastante a los operadores, pues significa la confirmación de la ausencia de cualquier tipo de expectativas a corto y medio plazo. El volumen del negocio se ha desarrollado en niveles de mantenimiento lo que, en las actuales circunstancias, supone situarse en torno a los 7.500 millones de pesetas efectivas. El mercado madrileño registra la subida más importante con tan sólo 2,67 puntos, y ello gracias a la notable ausencia de órdenes de venta que se dio en la mayoría de los corros.Los únicos avances de cierta importancia se dieron en valores estratégicos, con lo que las mejoras sectoriales estaban casi garantizadas, aunque al mismo tiempo se detectaban algunos discretos, pero suficientes, tanteos compradores más generalizados. La falta de papel favoreció esta situación que en cualquier otra ocasión se habría tomado por una toma de contacto con el fondo de la cuestión, algo que de momento nadie se atreve a pronosticar.
El pasado viernes se interpretó la ausencia de tomas de posiciones como un efecto de la desconfianza de los inversores ante el mercado a corto plazo, y por esta razón se esperaba que ayer cambiaran los planteamientos al no existir elementos adicionales de riesgo. Las escasas compras realizadas se han interpretado como habituales en la operatoria semanal, con lo que queda la barandilla como único actor de una representación en la que el resto de los participantes prefieren papeles menos significativos.
Las posiciones al cierre apenas mostraban cambios, saltando desde el desencanto a la apatía, según las intenciones con que se llegó a primera hora de la mañana al mercado. La lectura más positiva que tiene esta sesión, de cara a la evolución semanal, es la ausencia de bajas en casi todos los sectores.
