El índice Dow Jones subió ayer 23,71 puntos tras la importante caída de Tokio y la recuperación parcial de las bolsas europeas

Después de tres sesiones consecutivas con importantes descensos en las cotizaciones de la Bolsa de Nueva York, su principal barómetro, el Dow Jones, conseguía reflejar ayer al cierre de la sesión un alza de 23,71 puntos, situando el índice final por encima de la barrera psicológica del 1.900, según informa Shearson Lehman. Conscientes quizás de la incidencia de su apertura en el desarrollo de las bolsas europeas, se habían disparado sus cotizaciones ya en los primeros cinco minutos, con un alza de 11,44 puntos, que poco después era de 31 puntos. Esto se reflejó en los mercados europeos, que también ofrecieron una tónica distinta a la de las tres jornadas anteriores. Así Francfort, que había registrado importantes bajas durante los últimos días, conseguía recuperarse en la mayoría de las cotizaciones importantes, cerrando incluso con una fuerte tendencia alcista.A la cabeza de las subidas se colocaron los papeles de automóviles con incrementos de hasta 35 marcos. El índice general de VWD se colocó finalmente a 60,90 puntos con un aumento de casi tres puntos. En París después de registrar un importante descenso el martes con una pérdida de casi el 7%, ayer encontraron un breve alivio sus mercados al permanecer cerrados por ser jornada festiva. Mientras tanto, en Londres, el índice Financial Times subía 43,1 puntos para situarse a 1.290, mientras que el índice general de las cien empresas más importantes subió 65,8 puntos, quedando a 1.639,1 Por su parte, en Milán, tras siete sesiones consecutivas con pérdidas conseguían ayer un aumento de 7,65 puntos.

Por el contrario, en el mercado de Tokio, con un horario sandwich entre las sesiones europeas y la de Nueva York y a pesar de la fuerte subida del dólar frente al yen, registró ayer una fuerte caída que le sitúa en los niveles de hace ocho meses. En algún momento, el índice Nikkei llegó a perder casi 1.200 yenes. Sin embargo, una hora antes del cierre, la fuerte intervención de los inversores institucionales consiguió recuperar la mitad de las pérdidas habidas hasta entonces y cerró con un negativo de 649,70 yenes, situándose a 21.036,76.