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GENTE

Shirley Henderson

técnica de laboratorio del hospital Victoria de la ciudad escocesa de Kirkcaldy, recibirá una indemnización de la policia británica de más de seis millones de pesetas por haber sido obligada a despojarse del sujetador en la comisaría cuando fue detenida en 1982, junto con 11 trabajadores, durante un conflicto laboral. Un juez dictó ayer sentencia y dio la razón a Henderson, por entender que fue objeto de "un atentado contra su intimidad y su libertad". Según la policía, esta norma se aplicaba sistemáticamente a todas las mujeres detenidas "para evitar que pudiesen causarse algún daño corporal con el sujetador o utilizar éste para hostigar a cualquier agente policial". El juez, sin embargo, subrayó que Henderson no mostraba ningún desequilibrio mental que hiciera suponer la trasformación de su prenda íntima en arma arrojadiza.

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