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Brazatortas, 'El Dorado' de Ciudad Real

La 'directísima' ferroviaria de Madrid-Sevilla puede transformar la comarca

Brazatortas, un pequeño pueblo de Ciudad Real, puede convertirse en El Dorado español si se cumplen, como así parece, las previsiones que lo convierten en centro neurálgico de la directísima Madrid-Sevilla, que empezará a funcionar en el año 1992. Si las inexistentes ciudades de El Dorado eran codiciadas por su supuesta riqueza aurífera, Brazatortas puede alcanzar un importante nivel económico merced a la línea de ferrocarril.

A juicio del socialista Antonio Vozmediano, alcalde de la localidad, "a Brazatortas le ha tocado la lotería con la puesta en marcha de la directísima, pero si además se confirma que la estación se queda en el sitio que ahora ocupa, entonces podemos decir que nos ha tocado el gordo".Brazatortas, ésa es la verdad, no ha tenido nunca excesivos problemas de desempleo, aunque tampoco el trabajo sobre. Pero entre la recolección de la aceituna -más de un millón de kilos para 1.500 habitantes- y los jornales de Icona, la gente, mal que bien, va saliendo adelante. Pero lo que se prevé de aquí a 1992 es mucho más que eso. De momento, cuando únicamente se está haciendo un túnel y algún allanamiento de caminos, son ya más de 15 las personas que están trabajando para el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, "pero es que pronto van a ser 50 o 60", dice el alcalde, quien, además, anuncia con la sonrisa en los labios que la carretera Córdoba-Tarragona, que a su paso por el valle de Alcudia es un auténtica pena, va a ser arreglada en breve y la actividad económica de toda la comarca va a crecer considerablemente.

Claro, que si Brazatortas no tiene excesivos problemas de paro, el resto de la zona, donde abundan los eriales, montes y zonas de caza, sí los tiene, y otros pueblos, grandes incluso, como es el caso de Almadén, pueden tenerlos en breve, porque las minas de mercurio, en palabras de un trabajador de la zona, "van de capa caída y pueden agotarse en cualquier momento".

Los más optimistas, y entre ellos se encuentra el alcalde de Brazatortas, están seguros de que con la llegada de la directísima todo eso va a cambiar "y el valor añadido quedará en nuestra región, que buena falta nos hace".

Crear servicios

Pero no todo queda ahí, porque, independientemente de que los trenes que cubran la línea de la directísima paren en Brazatortas, que no parece vayan a hacerlo, sólo los convoyes de cercanías pueden ser suficientes para que en torno a la estación de ferrocarril se extienda un número de servicios mucho mayor del que actualmente existe para atención al viajero.Los vecinos del barrio de la Estación, distante unos dos kilómetros del centro del pueblo, ya están haciendo todas las gestiones posibles para lograr que la parada de los trenes pueda hacerse en el mismo lugar en que lo hacen ahora; y si esto termina siendo una realidad, el optimismo del alcalde va todavía más allá, "porque no me conformo con que se logre el pleno empleo, sino que me gustaría que el pueblo volviese a tener los 3.000 habitantes que tuvo en los años sesenta, evitando que los jóvenes se marchen y que muchos de los que lo hicieron vuelvan".

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