Una tertulia
Tertulia de medianoche, en un café de Malasaña, con Santiago Carrillo, Loles León, el travestí La Ochoa, un humorista de la televisión (la televisión da humoristas como mejillones) y más personal.Carrillo, que ha venido con su mujer, me explica la perestroika de Gorbachov o, por mejor decirlo, cómo toda esa nueva estrategia estaba contenida en las actuaciones y los proyectos del PCE desde hace muchos años. El periodista audaz, al ver sobre la mesa un paquete de ducados, le dice a Carrillo, confianzudo como son ellos:
-Usted, don Santiago, siempre fiel a sus ducados.
-Perdón, yo jamás he fumado ducados.
Para mayor información, resulta que tiene en la mano uno de esos cigarrillos rubios y largos que él ha fumado siempre, una marca americana poco conocida que le deletrea al periodista. La Ochoa me hace chistes sobre su peluca a rayas:
-Hija, parezco un paso de cebra.
Y luego, inevitablemente, el paralelismo con la peluca de Carrillo. Se ve que los españoles conocen así a sus políticos: por la peluca, por los cigarrillos (equivocados), por lo pintoresco. Loles León, tan encantadora y tan artista como siempre. Luce unos medios senos frescos y jóvenes, y una conversación inteligente. El humorista confiesa que él pasa de política. Así es como acaban contando chistes de suegras.
El café está decorado como una zarzuela por dentro, muy en madrileño, con baldosas de acera de calle. De vez en cuando toca un dúo que son una especie de empleados de Banca disfrazados de mambiseros. Cuando la noche llega a su apogeo / perigeo, Loles León se sube encima de Carrillo. Y Santiago sigue hablándome de su sueño de la unidad de los comunistas, pero, ahora, con una señorita encima.
Estas cosas de planteamiento tan divertido, quedan siempre como un podo aburridas. La felicidad hipotética casi nunca resulta. Hasta le preguntan a Santiago por su "posible" cáncer. El periodismo está cayendo en la necrofilia y el ordenador. Así nos va. Interviene la santa de Carrillo: "Lo único que tiene Santiago es una úlcera de duodeno de toda la vida". Pero ahí sigue con su tabaco rubio, su whisky y sus mariscadas. Se lo digo a la press: "A fuerza de mariscadas me tiene sobornado".
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