Telefónica opta finalmente por suspender su ampliación

El consejo de administración de la Compañía Telefónica ha decidido ayer suspender la operación de ampliación de capital con prima del 60%, aprobada el pasado 30 de septiembre y que debía llevarse a cabo durante los próximos 7 de noviembre a 7 de diciembre. La operación hubiera supuesto el ingreso de 66.000 millones de pesetas a la sociedad.La empresa semi-pública, que no ha previsto una mecánica de captación de recursos alternativa, ha revocado también su decisión de repartir en diciembre el dividendo a cuenta de 25 pesetas por acción, que será liquidado a principios del año que viene, en línea con la práctica habitual en el mercado. El anticipo en el pago del dividendo se había diseñado con el fin de reducir el esfuerzo inversor del accionista en la ampliación ahora cancelada.

La decisión del consejo de Telefónica, justificada por la situación de inestabilidad de los mercados bursátiles, no ha causado sorpresa, toda vez que las acciones de la empresa de telecomunicaciones han venido cotizando por debajo del 160% previsto en la operación. Los títulos de la sociedad, que en agosto llegaron al techo del 253%, cotizaron ayer en la Bolsa de Madrid a 143 enteros.

Asimismo, la crítica situación de los mercados de valores de los países industrializados ha hecho también que se resintiera considerablemente el valor de la compañía en las Bolsas de Londres, París, Francfort, Tokio y Nueva York, mercados en los que cotiza la sociedad española dentro de su política de captación de recursos en el exterior.

Pese a la práctica evidencia que aconsejaba la suspensión de la ampliación, Telefónica había mantenido hasta el último momento, al menos de modo oficial, su disposición a seguir adelante con la operación.

Necesidad de reservas

La imposibilidad de llevar a cabo la operación, que le hubiera supuesto una importante inyección de liquidez, supone un revés en la estrategia financiera de la sociedad, que ha de constituir, a corto plazo, un fondo de reservas del que ha carecido tradicionalmente como consecuencia del contrato entre la compañía y el Estado.La modificación del antiguo status tributario y la integración de la sociedad en régimen fiscal general obliga a Telefónica, como a cualquier sociedad anónima, a constituir este fondo; necesidad a la que se esperaba atender con los recursos atraídos con la ampliación.

Asimismo, la renuncia a la ampliación, calificada en su día como histórica por los responsables de Telefónica, tendrá una incidencia aún por determinar en la política de inversiones en infraestructura de la compañía.