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El Senado norteamericano rechaza la candidatura del juez Bork para el Supremo

AGENCIAS El pleno del Senado norteamericano rechazó ayer el nombramiento del juez Robert Bork, de 60 años, para ocupar la plaza dejada vacante por la renuncia del moderado Lewis Powell en el Tribunal Supremo de EE UU. La agria batalla que ha enfrentado a la opinión pública norteamericana desde que el presidente Ronald Reagan optó por designar como candidato a este juez ultraconservador finalizó ayer con una votación en la que 58 senadores se pronunciaron en contra y 42 a favor. Reagan ha asegurado que el nuevo candidato que elija tendrá las "mismas características y filosofía conservadora".

De los 58 senadores que votaron contra Bork, seis eran republicanos, mientras que dos demócratas votaron a favor del juez propuesto por Reagan. El senador demócrata por el Estado de Arkansas Dale Bumpers, que ya como miembro del comité judicial del Senado se pronunció contra el nombramiento de Bork, definió en la sesión de ayer la sensación que imperaba en la Cámara legislativa después de esta batalla que ha enfrentado enconadamente a sectores opuestos de la sociedad norteamericana. "No ha habido ni vencedores ni vencidos", dijo, "solo supervivientes".A pesar de que ya antes de la votación se sabía que 57 senadores votarían en contra, la sesión fue aprovechada por los partidarios de Bork para denunciar las tácticas que han usado los detractores del polémico juez. Para otros, sin embargo, la sesión de ayer fue calificada de "un ejercicio de futilidad".

Antes del juez Robert Bork, tan solo 12 candidatos al Tribunal Supremo norteamericano habían sido rechazado por el Senado, de los cuales únicamente 4 han pasado por el mal trago en el presente siglo. Otros 15 candidatos a la alta magistratura fueron

retirados antes de llegar a ser sometidos a votación.

Reagan escogió a Bork el pasado mes de julio para reemplazar al moderado Lewis Powell, quien renunció a su puesto. El presidente norteamericano dijo entonces que Bork, juez del Tribunal Federal de Apelaciones y ex funcionario del Departamento de Justicia, era la persona con las mejores calificaciones para cubrir la vacante en el Tribunal Supremo. La oposición liberal acusó inmediatamente a Bork de extremista e indicó que su presencia en el más alto tribunal de. la nación inclinaría la balanza excesivamente hacia la derecha en cuestiones como el aborto o la igualdad de derechos para las mujeres y las minorías.

Pero, en realidad, los analistas creen que el peor enemigo de Bork fue el propio Bork. El candidato se sometió a las preguntas del comité judicial del Senado durante cinco días, más que ningún otro pretendiente al Tribunal Supremo, y cayó en numerosas contradicciones.

El pasado día 6 de octubre, el comité del Senado votó por 9 votos contra 5 desaconsejar el nombramiento de Bork. El polémico juez se entrevistó entonces con Reagan y, cuando todo

parecía indicar que iba a retirarse antes de sufrir una derrota ante el pleno del Senado, Bork decidió que, por una cuestión de principios, quería que su candidatura fuera sometida a votación.

Durante todo el proceso Reagan se ha mantenido inamoviblemente fiel con el juez Bork y ha calificado las tácticas de sus detractores como las de "una turba de linchadores". En la conferencia de prensa que ofreció el pasado jueves, el presidente se quejó de que el asunto hubiera sido politizado. "Debemos estar seguros", dijo, "de que este proceso, que siempre ha sido digno, nunca más se vuelva a convertir en un enfrentamiento político".

Reagan aseguró que, si Bork era rechazado por el Senado, enviaría a la Cámara alta otro candidato "con las mismas características y filosofia conservadora" que el polémico juez ahora rechazado.

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