Tratado de belleza corporal

Cukor, Castellani, Zefflirelli, W¡se & Robbins, Rovira-Beleta, entre otros tantos, han sido fieles e infieles servidores de la tragedia de los amantes de Verona inmortalizada por Shakespeare en la poesía escrita. Hoy debemos ceñirnos a lo que Zeffirelli, Franco Zeffirelli, hizo con la obra.Su Romeo y Julieta quizá no sea una gran película y acaso no sea una película despreciable. Como todo, admite ópticas opuestas. Algunos aspectos -la fotografía de Pasqualino de Santis o la partitura de Nino Rota- no quieren discusión y rozan, o alcanzan, la perfección. En cuanto al trabajo de puesta en escena hay que entrar en las maniobras habituales de un señor tan barroco, delicado, femenino, de raíces pictóricas, teatrales y operísticas como el italiano Franco Zeffirelli. Aceptarlo o rechazarlo de pleno pero admitiendo que su causa, la de la belleza por la belleza -y, sobre todo, la belleza corporal de sus muñequitos, especialmente la de su efebo Michael Whiting- es justa, está admirablemente resuelta en la pantalla.

Como en el caso de la película Hermano Sol, hermana Luna, el gusto plástico de su epidermis es susceptible de trascender cualquier atisbo de profundidad en su tema. Quien quiera taladrar las estampas más cutáneas que otra cosa de Romeo y Julieta y penetrar en la verdad moral del siglo XVI, que consulte un libro de historia.

Romeo y Julieta se emite hoy, a las 22.25, por TVE-1. Radiocadena Española emitirá simultáneamente la banda sonora original de la película.