El Madrid defendió su condición de invicto

El Real Madrid estuvo ayer a punto de perder su imbatibilidad ante el Cajacanarias, que no había perdido tampoco hasta entonces en casa, pero acabó venciendo por una diferencia de cuatro puntos, que obedece a su mayor serenidad y experiencia. Sin embargo, durante la mayor parte del tiempo de juego, el club local dominó, atesorando una cómoda ventaja (llegó a sacar, en el minuto 31, 14 puntos al equipo de Lolo Sainz), fruto de su clara superioridad en rebotes y mayor acierto en los lanzamientos, que casi siempre coronaron rápidos contrataques.Una vez más, el Cajacanarias mantuvo a raya a su rival en su feudo y sólo la ausencia de Harper a partir del minuto 28, facilitó la recuperación del equipo visitante.

Esta vez Philips, el otro pivot del Cajacanarias, resucitó todos los valores que le distinguían la temporada pasada y jugó compenetrado con sus compañeros, ofreciendo de vez en cuando oportunos triples que operaban como un revulsivo para su equipo. Philips fue el máximo anotador del partido, con 30 puntos, y si comportamiento fue correcto. El primer periodo finalizó 45-40, a favor del Cajacanarias, que en los diez primeros minutos de la segunda mitad duplicó esta diferencia.

Los aciertos del ala-pivot madridista Alexis en la última fase del partido, la buena dirección del base Corbalán y el control de los rebotes, al final, de la mano de Branson, abrieron el camino de la victoria al Real Madrid, que remontó varios marcadores adversos y se sobrepuso en los últimos ocho minutos. El Cajacanarias salió en tromba en los minutos iniciales de cada tiempo y vendió cara su piel.

No fue capaz de ejecutar un baloncesto-control necesario piara conservar la diferencia holgada de que dispuso. Ni Carmelo Cabrera, su última baza, pudo salvarlo en los últimos segundos desesperados en que el Real Madrid prefirió sacar de banda a lanzar tiros libres. Branson, al fin al, no perdonó y cerró la cuenta de su equipo.

Antonio Martín asumió en varios momentos la responsabilidad de encarrilar el encuentro en beneficio de su equipo y supo resolver acciones decisivas. El partido conservó siempre la emoción, ya que, a pesar de la brillantez de los locales, el Real Madrid nunca bajó la guardia y supo sufrir y esperar. Lolo Sainz acertó con su defensa presionante sobre el Cajacanarias y consiguió que sus jugadores robaran balones claves para remontar escalonadamente. El juego del Real Madrid, que tuvo altibajos, adoleció casi siempre de recursos bajo los aros al perder una y otra vez la disputa de los rebotes, donde Philips y Harper fueron los amos. Por ello, Corbalán afirmó, al final, que el Cajacanarias había sido un equipo temible.