La poesía de Serrat
No me sorprenden los reiterados elogios que, de un tiempo a esta parte, Joan Manuel Serrat recibe por su prolija labor artística. MePasa a la página siguiente
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sorprenden, eso sí, los superficiales criterios intelectualizantes que muchos utilizan para defender algo que, de por sí, evidencia poca consistencia.
El logos poético de Serrat está constituido, preferentemente, por la consecuencia de una mediocre idealización de los melifluos sentimentalismo s suburbanos, bastante fecundos en la elaboración de tediosas utopías libertarias. No nos engañemos, es triste pretender realizar una apología de las sobras metafísicas que dejan tras de sí los mandarines de la cultura. El paraíso terrígeno no se limita a vasos de plástico ni a sambas de artificio, ni a melosos amoríos de rosácea verbena sindicalista. La mayoría, sin embargo, mantiene la opinión contraria, y no está en sus objetivos el pretender educarse durante sus ociosos instantes de esparcimiento. De ahí el éxito de algo tan atractivo y endeble como la poesía de Serrat o el carisma de Madonna.
Jim Morrison no falleció tan sólo a resultas de su etílica lucidez- Luciano Soret.
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