El Gobierno promete hacer los "cambios necesarios" en los futuros viajes del Rey y del presidente

Portavoces gubernamentales prometieron ayer, refiriéndose al reciente viaje de los Reyes a varios Estados norteamericanos, que se introducirán "los cambios necesarios" para procurar que en próximas ocasiones las cosas "vayan mejor". Un viento de autocrítica, en privado, y de justificaciones, en público, recorrió ayer la Administración tras los ataques de la Prensa contra la organización y desarrollo del último viaje real. Por otra parte, Alianza Popular y el PDP presentaron ayer sendas preguntas parlamentarias sobre el tema.

"Estarnos dispuestos a examinar los posibles fallos y a introducir los cambios de organización que sean necesarios para que otra vez vaya mejor", dijo a este periódico el secretario general de la Oficina del Portavoz del Gobierno, Santiago Varela. Tanto Varela como otros representantes de la Administración, entre ellos el propio ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, consideraron ayer excesiva la reacción crítica de los medios informativos ante los resultados del viaje real, aunque, en privado, varias fuentes gubernamentales y diplomáticas admitieron que, si bien el viaje no había constituido un "desastre" -calificación de algunos órganos de prensa-, sí se dieron algunas cosas "mejorables", como la poen relevancia dada por la Prensa norteamericana a la visita.Francisco Fernández Ordóñez insistió ayer, en diversas declaraciones realizadas tras su llegada a Madrid, en que se habían cubierto los objetivos previstos para el viaje. Ni él ni ninguna otra fuente oficial admitieron públicamente en ningún momento que el periplo real en Estados Unidos hubiera tenido fallos.

Entre los cambios que sin duda se producirán a medio plazo se citan los correspondientes a los esquemas informativos, tanto de los viajes reales como del presidente del Gobierno.

Las críticas vertidas contra el director general de Cooperación Informativa, Julián Castedo, hacen pensar, y así lo abonan versiones de medios cercanos a la Moncloa, que, en adelante, variarán los criterios de representación de la Oficina del Portavoz en los viajes al extranjero.

Preguntas parlamentarias

Igualmente es de prever una próxima reestructuración en la oficina de Prensa de la Casa Real, cuyo jefe, Fernando Gutiérrez, planea seguir pocos meses más en el cargo. Por lo que se refiere a la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores, se confía en la permanencia de su director, Inocencio Arias, al menos hasta el próximo verano, mientras que el subdirector, Eduardo Cerro -nombrado embajador en Paraguay-, será sustituido por Joaquín Pérez Villanueva.

En otro orden de cosas, se prevé que también serán sustituidos en breve -aunque no con la rapidez suficiente como para que Felipe González no haya de viajar en ellos en su próximo desplazamiento a Latinoamérica- los viejos aparatos de la Fuerza Aérea en los que habitualmente viajan el jefe del Estado y el presidente del Gobierno.

El Estado ha adquirido ya dos Boeing 707, con 10 años de antigüedad cada uno, para sustituir a los DC-8 que actualmente transportan a los altos cargos. El propio ministro de Defensa, Narcís Serra, confirmó ayer la sustitución de los DC-8, que tienen más de 20 años de antigüedad, por los Boeing 707, aunque fuentes del Ejército del Aire negaron saber nada del asunto.

Los viejos aparatos, una vez que se proceda a su relevo, serán probablemente vendidos a un país africano para ser utilizados en vuelos domésticos, si bien las fuentes informantes rechazaron precisar a qué país serían vendidos los aviones y cuándo tendría lugar la transacción.

Alianza Popular y el Partido Demócrata Popular presentaron ayer sendas preguntas parlamentarias al Gobierno en relación con el viaje real a Estados Unidos.

La pregunta de los democristianos trata de averiguar "qué instancias gubernamentales han planificado y ejecutado el viaje de Sus Majestades" a Estados Unidos. La pregunta de Alianza Popular, dirigida al ministro de Defensa, se interesa por la sustitución de los aviones destinados a desplazamientos de los altos cargos -tema oficialmente declarado, hasta hace poco, secreto de Estado-.

Tanto los aliancistas como los democristianos criticaron ayer con dureza, en sendas comparecencias ante la Prensa, la organización del viaje real. Paralelamente, los demás grupos parlamentarios mantenían un cauto silencio, renunciando aparentemente a cualquier iniciativa en las Cortes.