Recuperación japonesa tras el impacto de la revalorización del yen
La economía japonesa entra de nuevo en una fase de recuperación después del impacto sufrido estos últimos tiempos por la revalorización del yen.Las previsiones de crecimiento del producto interior bruto (PIB) varían entre el 5,7% y el 7,4% para los próximos tres años, y la renta per cápita de los nipones podría superar en breve a la de Estados Unidos, aunque en términos de calidad de vida los 120 millones de japoneses viven muy por debajo de los 340 millones de estadounidenses.
Según los últimos informes del Ministerio para la Industria y el Comercio Internacional, el pasado mes de agosto la economía japonesa experimentó una notable tendencia al crecimiento, superando el bache que había originado en la industria de la exportación la constante apreciación del yen en relación con el dólar y las divisas de Europa occidental, principales mercados hacia donde se dirige la exportación nipona.
Las cifras del pasado mes de agosto representaron un crecimiento de la producción industrial del orden del 5% en relación con la misma época del año anterior, siendo el mayor índice de crecimiento en los últimos dos años.
En cuanto a las previsiones de incremento del PIB, el optimismo vuelve a ser la nota predominante entre los expertos que prevén un crecimiento del orden del 5,7 al 7,4% en los próximos tres años, según un estudio del Instituto Nacional de Investigación Económica.
Las predicciones de crecimiento son, en términos nominales, del 7,4% para el año fiscal 1988, del 6% para 1989 y del 5,7% para 1990.
La buena salud de la economía japonesa, la segunda más importante del mundo detrás de Estados Unidos, repercute en unas previsiones de un índice de renta per cápita que podría alcanzar próximamente los 19.500 dólares, lo que situaría a los japoneses en el primer lugar del ranking mundial, por delante de Estados Unidos, según un informe del Tokai Bank. Este estudio destaca, al mismo tiempo, que la elevada renta per cápita de los nipones no se traduce en un liderazgo mundial de bienestar social.
Los japoneses pagan más para vivir, trabajan más horas y sus alojamientos carecen de índices de comodidad, y sobre todo de espacio, comparables a los de Estados Unidos o los países de la Comunidad Europea.
Los precios al consumo en la aglomeración de Tokio, con unos 30 millones de habitantes, son los más altos del mundo. Tomando como ejemplo los precios de la carne, el informe del Tokai Bank cita un índice 100 para Tokio, mientras que es de 42 en Nueva York, 62 en Londres y 52 en París. Para la vivienda, los ciudadanos de Tokio pagan más y las comodidades y los espacios son equivalentes sólo al 60% en comparación al promedio de EE UU. En términos de horas de trabajo, los japoneses laboran 500 horas anuales más que los trabajadores de la República Federal de Alemania o de Francia y unas 200 más que sus homólogos de Estados Unidos o el Reino Unido.
En sus conclusiones, el informe del banco japonés aboga por una mejora de la relación del nivel económico y la calidad de vida, junto a una orientación de las empresas japonesas hacia los productos destinados al consumo en el mercado interior.
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