Leo la columna
Librero, firmada por Francesc Arroyo, en la que el autor se queja de la poca profesionalidad de algunos libreros.Aunque sienta tristeza, tengo que estar de acuerdo, aunque sí quiero hacer alguna precisión. Algunos establecimientos de librería sólo tienen el rótulo que figura a la entrada y poco más. Como bien dice, ser librero no es ninguna ganga; es más, yo distinguiría dos clases, los libreros propiamente dichos y aquellos que se dedican a envolver libros. El mundo del libro, aunque bonito, es terriblemente dificil, complicado y hasta sacrificado para todo aquel que quiera conocerlo bien-
Arturo González Tamargo.
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