José Antonio Ardanza considera que en el problema vasco "hay una gran cuestión de Estado"
El presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, advirtió ayer al Gobierno central, en la fiesta del Alderdi Eguna (Día del Partido Nacionalista Vasco), que en Euskadi "hay una gran cuestión de Estado", y le pidió "que venga a hablar con nosotros, que es con quien hay que hablar", porque "la esperanza, como la paciencia, tiene un límite". Ardanza se dirigió a decenas de miles de personas llegadas desde todo el País Vasco hasta Salburúa, cerca de Vitoria. La participación en la fiesta fue sensiblemente inferior a la de años anteriores, aunque los organizadores la cifraron en 100.000 personas.
El lehendakari descalificó a los sectores nacionalistas intransigentes y a los partidarios de la violencia "con su incapacidad de comprender que en una democracia la voluntad del pueblo es la que sale de las urnas, y nada más".Ardanza hizo profesión de fe en el Estatuto de Gernika y recordó que la primera concentración de este tipo, celebrada hace 10 años en Aralar (Navarra), estuvo rodeada de escepticismo. "Creían que íbamos a hacer una reunión de antiguos alumnos", señaló, "pero luego el tiempo y el pueblo nos han dado la razón". El lehendakari añadió: "El nuestro es, hoy por hoy, el único camino que lleva a alguna parte".
Ardanza dijo que los socialistas, que gobiernan la comunidad autónoma vasca en coalición con el PNV, sólo prestan atención en Euskadi al terrorismo, al que aplican el principio de "palo y tentetieso" y les pidió que desde el Gobierno central acepten como interlocutores a quienes, rechazando como ellos la violencia, seguimos clamando por más libertad y más autogobierno". El lehendakari subrayó que el PSOE debe abordar los problemas singulares del País Vasco con el niÍsmo espíritu con quelo hizo hasta 1979, año de aprobación del Estatuto de Gernika, porque en su solución "se juega mucho el Estado".
Xabier Arzalluz, presidente de la ejecutiva del PNV, hizo un discurso dirigido a reforzar la confianza de los militantes, que desde el anterior Alderdi Eguna, hace exactamente un año, han sufrido dos descalabros electorales y se han visto obligados a compartir el Gobierno de la comunidad autónoma con el partido socialista. El líder nacionalista pidió a sus seguidores sacrificio y dijo que aunque el reparto de beneficios y empleos entre la clientela política parece obligado en la vida moderna, ése es un camino que no le gusta.
Arzalluz previno a los peneuvistas contra la tentación de dejarse seducir por ofertas nacionalistas más radicales. "Ponen la ikurriña por delante", dijo, "para que vayamos detrás de movidas que no son las nuestras".
El presidente del PNV pidió a los militantes que no les tiemble el pulso "a la hora de elegir patrón para esta nave". La ejecutiva nacional del PNV, al igual que los órganos directivos y representativos provinciales, será renovada en los próximos meses, tras la reforma de los estatutos aprobada en la asamblea extraordinaria de Zestoa, en julio pasado.
Arzalluz no quiso adelantar ayer cuál será su posición ante la elección de la nueva ejecutiva. "No voy a presentarme a la reelección porque en el PNV son los demás los que proponen candidatos", explicó, "pero como ya he agotado un mandato, puedo negarme a ser designado nuevamente. No sé si lo haré o no lo haré".
Delegaciones de Convergència y Unió, el Partido Gallegista y la Unión Europea de Estudiantes Democristianos participaron en la fiesta, junto al presidente del Parlamento canario, Victoriano Ríos, de las Agrupaciones Independientes del archipiélago. Treinta y cinco organizaciones locales del partido instalaron casetas para servir comidas y vender productos típicos. Grupos folclóricos y competiciones deportivas amenizaron la jornada.
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