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Moderno

Manuel Vicent

En España, los asesinos comienzan a ser muy bellos y algunos matan sólo por el placer de admirarse, lo cual indica que este país ha entrado de lleno en la modernidad. Los crímenes solares pertenecen a la agricultura. Antiguamente, aquí los reos de sangre siempre iban coronados con una boina. Agarraban la escopeta de cazar conejos, el cuchillo de cortar jamón o la hoz de segar la alfalfa y con esos instrumentos populares disparaban, visitaban el hígado o le dividían el cuello a un prójimo, arrastrando el honor por los barrancos de la patria. La sociedad tecnificada ha producido luego forajidos de otro sabor, hijos predilectos del asfalto, y éstos practican la violación en los vertederos de extrarradio, abaten guardas jurados de vestíbulo o vacían el cargador en la barriga de víctimas enjoyadas, pero los malhechores indígenas, tanto agrarios como industriales, hasta ahora exhibían una constante: eran feos, estaban instruidos por la pasión y el destino aún les guiaba. Nuestra cultura no había engendrado todavía esas fieras hermosas que atacan con violencia cuando se aburren.Ya han llegado. Estos guapos garduños no matan por celos, tampoco buscan el lucro, ninguna causa política o sagrada les calienta el corazón, ni siquiera parecen airados. Sólo bostezan en corro al atardecer sobre las motocicletas. Se lijan la nariz con dos rayas de cocaína adulterada, beben siete cervezas; de pronto, el felino interior les ruge, ellos escupen y en seguida emprenden la cabalgada nocturna. ¿Qué podrían hacer para que el tedio no les devore? Machacar a una vieja, apiolar a un guardia, escabechar a un curioso y después bailar. No pasa nada. La ceremonia se ha iniciado por una simple mirada. Tal vez de madrugada el rey de esta camada resulta capturado y al día siguiente publican los periódicos su foto de comisaría. Se trata de un adolescente hermoso y desbridado que mueve la compasión de todo el mundo por su belleza. Mientras se afeitaba por la mañana este muchacho ignoraba que para él esa noche sería estelar. He aquí la modernidad.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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