Gallegos

Los tiempos cambian, y con ellos la supuesta idiosincrasia de los pueblos, e insisto en lo de supuesta porque sobre la idiosincrasia de los pueblos se han construido las más supremas majaderías especulativas. Pero los gallegos habían tratado de dar la razón a quienes aseguraban que un gallego era fácilmente reconocible porque cuando te lo encontrabas en una escalera nunca sabías si bajaba o subía. Yo conozco a muchos coreanos de los que puede decirse lo mismo, y no hablemos ya de murcianos, catalanes, suizos y cherokees.A la vista de lo que puede suceder en la política gallega y española tras la moción de censura, caben algunas preguntas a cuenta de la idiosincrasia. ¿Es una moción de censura a la gallega o a la socialista? Si es a la gallega, no tengo nada que decir, sino presentar mis respetos a una moción de censura que no se sabe si baja o si sube la escalera. Ahora bien, si es una moción de censura socialista, ya me siento convocado como analista político y no antropológico y paso a especular. O se quiere compensar el retroceso electoral de junio o se quiere frustrar el inicio de Reconquista de Fraga desde la Covadonga gallega, o las dos cosas a la vez, que es lo más probable. Eso a costa de irritar las más sensibles y ocultas pieles de AP. Pero eso es un riesgo calculado, porque de prosperar en Galicia la moción de censura, el taifismo larvado en AP puede explotar y cualquier operación de reconstrucción de un bloque de derechas se debilita, a pocos meses de las elecciones autonómicas de Cataluña. Las catalanas, como suele suceder en este mi país, son más que unas elecciones autonómicas. Son la piedra de toque de la aportación del pujolismo a la reconstrucción del centro-derecha español.

Es decir, que también esa moción de censura gallega es mucho más que una moción de censura. Que esto no se lleva adelante si Guerra no da el visto bueno, y que cuando te encuentras en una escalera a Alfonso Guerra nunca sabes si sube o si baja, y eso que no es gallego. Que se sepa.