El Spórting jugó para empatar y ganó

El Spórting jugó para empatar, tal como lo hace fuera, y hasta ganó. El gol de Jaime, que le cogió de sorpresa a él mismo, es el primero que marca el equipo en lo que va de temporada y fue tan bello como seguramente importante. El Milán es un equipo millonario en fase de creación, que amenaza, pero no da. Tienen brillantez arriba, mucho trabajo en el medio y una defensa vulnerable.

Si el Spórting llega a ser el de la temporada pasada, la defensa en línea de los italianos, que se embarulló más de la cuenta por sí misma, hubiera pasado un mal trago. El Spórting logró gol en una acción esperada y nada hacía suponer que el equipo iba a comportarse con tanta entereza después de casi cuatro semanas balbuceantes en las que no ha acertado nada.

Novoa hizo el planteamiento basándolo en una defensa que se empleó con mucha fuerza y algo de dureza y no permitió que el equipo jugase nunca alocadamente al ataque, para evitar el contragolpe italiano. Daba la impresión de que bastaba con el empate, pero el gol de Jaime en una volea de las que salen una vez en la vida, pero de las que valen también su peso en oro, proporcionó un triunfo que puede ser valioso.

El encuentro como tal ofreció pocas cosas interesantes. De los que más se podía esperar era Gulli y de Van Basten pero no encontraron nunca espacios y posibilidades de combinar entre sí que fue lo que buscaron una y otra vez.