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El Tribunal Supremo soviético condena a cuatro años de trabajos forzados a Mathias Rust

El Tribunal Supremo de la URSS impuso ayer cuatro años de trabajos forzados al piloto de la RFA Mathias Rust, de 19 años, por violar las fronteras soviéticas, las normas de navegación aérea y hacer gala de "gamberrismo grave" al aterrizar, el pasado 28 de mayo, en la plaza Roja de Moscú. El joven acogió la sentencia con serenidad, quizá en la confianza de que el próximo mes de octubre, con motivo del 70º aniversario de la revolución bolchevique, se vea favorecido con una medida de gracia.Rust habrá de cumplir la condena en un campo de trabajo, en "condiciones normales", no en régimen de severidad, como solicitó el fiscal, que asimismo había pedido una pena de ocho años por entender que el piloto había realizado su osadía por razones estrictamente personales -hacerse famoso, entre otras- y nunca bajo motivaciones pacifistas, como el joven alegó en su defensa.

El juicio de Rust ha durado tres días y ha servido para que Occidente pudiera echar un rápido e inusual vistazo al sistema judicial soviético. Fue un famoso abogado de esta nacionalidad, Vsevolod Jakovlev, el principal valedor del piloto que, a bordo de una avioneta monomotor, decidió volar hasta las puertas del Kremlin sin caer en la cuenta de que con ello ponía en peligro muchas vidas, como le recordó el fiscal.

La aventura juvenil ha reportado más de un beneficio a la política aperturista de Mijail Gorbachov, quien aprovechó la oportunidad para destituir al ministro de Defensa, Sergei Sokolov, y a altos mandos militares, entre ellos el encargado de la defensa aérea de Moscú.

Rust ha reconocido su "grave error", pero ha reiterado que en ningún momento quiso "dañar ni poner en peligro u ofender a nadie". "Entonces no era el que soy hoy", afirmó refiriéndose al joven que aquel 28 de mayo aterrizó a las; puertas del mausoleo de Lenin ante las atónitas miradas de las personas que en ese momento estaban en la plaza Roja.

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