Solidaridad con el embajador
Una no espera un gran debate sobre la vergonzante posición de los que nos malgobiernan, en lo referente al cese de Gonzalo Puente Ojea (gracias, pues, por esta tribuna de lectores, que es de lo mejor del periódico).Los indignados serán muchos; los indiferentes, los más, y los directamente beneficiados con la medida, que seguramente se contarán con los dedos de la mano, callarán cobarde e hipócritamente, como suelen, o aún tendrán el valor de decir que no va con ellos.
Así, lo que queda en evidencia desnuda es lo espantosamente bastos que son en el Gobierno. Por si había alguna duda, tras lo aparecido en Prensa, sólo quedaba oír al portavoz dando cuenta del cese, tras el último Consejo de Ministros, la miseria de las dos frases con que despachó el asunto, pasando sobre ascuas, para que la gente no se entere, mezclado con la torpe prepotencia que quiso imprimir a la seudoexplicación.-