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Gobierno y ETA centran sus discusiones en el derecho a la autodeterminación y la incorporación de Navarra

El hecho de que los presos vascos implicados en actividades terroristas abandonen las cárceles si el Gobierno y ETA alcanzan un acuerdo es uno de los puntos que ambas partes han dado por seguro en los contactos de los últimos meses, mientras la aspiración de los nacionalistas vascos de crear las condiciones adecuadas para favorecer la, integración de Navarra en la comunidad autónoma vasca ha sido, junto al reconocimiento del derecho a la autodeterminación, el aspecto que mayores dificultades de entendimiento registró en esas conversaciones, según coinciden en afirmar fuentes de uno y otro lado que conocen el desarrollo de esos contactos.

El mayor avance registrado en los contactos que el Gobierno y ETA han mantenido en los últimos años se consiguió en los primeros meses de este año, en Argel, en las reuniones celebradas semanas antes de la muerte de Txomin Iturbe Abasolo, fallecido en accidente de tráfico en febrero. En los contactos con Iturbe en esas fechas se abordaron los tres puntos centrales de la denominada alternativa KAS: la incorporación de Navarra, la anmistía y el derecho a la autodeterminación. La liberación de los cuatro centenares de presos de ETA y el libre regreso a Euskadi de activistas huidos sobre los que no pesen delitos de sangre es una condición imprescindible para cualquier acuerdo. Iturbe se mostraba muy satisfecho del rumbo de las conversaciones, seguro de la continuidad de las mismas y relativamente esperanzado en el resultado. Se ignora si este optimismo, que se reflejaba en los informes enviados por Txornin a la dirección de ETA, era admitido en esos momentos por la mayoría de los dirigentes terroristas.

Fuentes de la Administración española aseguran que, en realidad, la fórmula propuesta para la salida de los presos no difiere mucho. ni de la utilizada en su día para los presos de ETApm -la reinserción social- ni de la ofrecida por el ministro del Interior, José Barrionuevo, en el verano de 1984, consistente en buscar soluciones magnánimas para los etarras a cambio de que éstos entreguen las armas. Sin embargo, el propio Iturbe insistió en que la fórmula a emplear tenía que ser muy diferente a la utilizada con los poli-milis, tan duramente criticada estos años por los milis.

Regreso a Euskadi

Según esas fuentes, la fórmula sería la aplicación de indultos personales después de que manifestaran expresamente su decisión de abandonar las armas. A los dirigentes de la organización residentes en el extranjero se les concederla documentación en regla para residir en un país próximo durante varios años y, posteriormente, podrían regresar a Euskadi. Cabe recordar que la Constitución, en su artículo 62, prohibe la amnistía o los indultos generales. En ese artículo se citan competencias que corresponden al Rey, entre ellas la de "ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales".

Las personas que participaron en estas conversaciones abordaron estos temas tras haber despejados otros problemas iniciales, como era el nivel de representación de los interlocutores.

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La muerte de Iturbe se produjo cuando éste estaba a la espera de que el Gobierno socialista respondiera a su propuesta sobre la incorporación de Navarra a la comunidad autónoma vasca. Personas que intervinieron en la negociación sostienen que dicha propuesta planteaba la conveniencia de que los gobiernos de la comunidad autónoma vasca y de Navarra establecieran órganos comunes de encuentro y facilitaran una futura unión.

El planteamiento, bastante alejado del nacionalismo que ha caracterizado la posición oficial de ETA militar en esta cuestión, puede ser asociado con la postura que el Partido Socialista de Navarra (PSNPSOE) mantuvo en el período previo a su separación orgánica del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE), separación que se inició en 1979 y se consumó en 1982.

Las fuentes informantes indican que, durante, las entrevistas entre Iturbe y los interlocutores gubernamentales, no se aludió a la posibilidad de reformar la Constitución para que se abriera la posibilidad de crear un estado federal. La propuesta de Txomin en este terreno, hecha pública en otros momentos, apuntaba en la necesidad de introducir una referencia concreta en la Carta Magna al derecho de autodeterminación del pueblo vasco, pero el Gobierno siempre ha destacado la imposibilidad de abordar un problema tan complejo.

En las citadas conversaciones con Txomin participaron el entonces secretario de Estado de Seguridad, Julián San Cristóbal, funcionarios de Presidencia del Gobierno y el abogado Jorge Argote.

A pesar del optimismo de Iturbe en las conversaciones, éste siempre puso de relieve que, para abordar en profundidad temas políticos, él no era la persona apropiada. Por eso, pidió al Gobierno español que fuera trasladado a Argelia el dirigente de ETA Eugenio Etxebeste, Antxon, que llegó a Argel el mes pasado. Con Antxon ya han tomado contactos representantes del Ministerio del Interior y, aunque por el momento se está limitando a trasladar a la dirección de ETA las propuestas de sus interlocutores, en medios oficiales se estima que en pocas semanas pude alcanzarse un nivel similar al que se logró con Iturbe.

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