Juan Antonio Izquierdo Ramírez,

de 28 años de edad, es un joven vecino de la localidad navarra de Cindruénigo que el pasado jueves dejó su carné de identidad a los empleados de una sucursal bancaria que acababa de atracar en el mismo pueblo, prometiéndoles que devolvería el botín -800.000 pesetas- esa misma tarde a la Guardia Civil, promesa que no ha cumplido hasta el momento. El joven, con numerosos antecedentes penales, entró en el banco para informarse sobre la petición de un crédito. Fue atendido por el director y posteriormente se dirigió a un bar, donde pidió lápiz y papel para escribir una nota. Más tarde entró de nuevo en la sucursal, al parecer portando un arma, y entregó el escrito en el que decía: "Mira, tengo una pistola, no quiero hacer daño a nadie o sea que haced el favor de darme el dinero que haya en los cajones". Obtenido el botín, encerró a los empleados y a clientes en un cuarto de baño, ordenándoles que salieran tres minutos después, y huyó montado en una bicicleta, propiedad de una clienta que acababa de entrar en la misma sucursal. Juan Antonio había estado horas antes en el Ayuntamiento de la localidad apuntándose para trabajar como peón en las calles y pidió un adelanto de 1.000 pesetas que le fue entregado. La Guardia Civil seguía ayer su búsqueda por los alrededores, tras haber localizado la bicicleta en el casco viejo del pueblo y no haber cumplido Juan Antonio su promesa.