Correo en la cárcel

En la actualidad, los presos nos vemos sometidos a un continuo uso manipulador y propagandístico que habla pomposamente de reinserción en la sociedad y demás tópicos similares, y, sin embargo, las direcciones de muchas prisiones hacen todo lo posible para demostrarnos que sus intenciones son precisamente las contrarias. Y éste es el caso de la prisión de Zamora. Dejemos de lado en este momento las continuas arbitrariedades y abusos que se producen habitualmente en este centro, para indicar un caso que por su especial gravedad creemos merece que llegue a la opinión pública.El pasado día 30 de julio se le comunicó a un compañero nuestro que había recibido un paquete postal. Para su sorpresa, dicho paquete no le fue entregado como tal, sino que se le entregó sólo su contenido (una carta y diversos papeles y publicaciones). Lo que ocurre es que la ley especifica que la correspondencia se revise en presencia del destinatario. Ante la lógica reclamación, el funcionario de servicio presentó una orden firmada por el único responsable de este desafuero, el director de la prisión, en la que se especificaba que todos los paquetes recibidos por los reclusos tendrían que ser cacheados "sin la presencia" (sic) del interno, amparada dicha orden en el artículo 103 del Reglamento Penitencianio, y que sólo hace referencia a los paquetes entregados en ventanilla en días prefijados. Evidentemente, los paquetes postales están sujetos por ley a la inviolabilidad de la correspon