Eurodiputados
Asisto a una copa que se da a los eurodiputados españoles, a media tarde y en mitad de la tormenta. Ruiz-Giménez les desea suerte. La Montarco, con un traje de tarde, estampado en blanco y malva, que es una gozada de línea y color. Esta mujer acierta siempre. La veo conversar largamente con Perinat, que, cuando era embajador en Londres, se portó muy hospitalariamente conmigo. Perinat va de traje de verano hojaseca, que es lo tradicional Entre los caballeros, sólo dos trajes blancos: Luis Rosales y Castillo-Puche. Con esto de la posmodernidad, no sé si el blanco es ya lo más actual o lo más inactual. A ellos les sienta bien. Castillo-Puche va a escribir sus memorias y Rosales y yo hablamos de Quevedo, que es nuestro tema. El eurodiputado que más abulta es Fraga, claro.Europa es hoy la obsesión revalidadora de nuestra democracia. Cena en casa de Ramón Tamames. Carmen, dando implícitas lecciones de elegancia a sus hijas. Este año no ha habido movida/baile después de la cena. Ramón está a tope:
-Esta tarde me he hecho no sé cuántos metros de natación en la piscina de mi hija, y estoy en forma.
Qué gran hombre y qué gran nombre para Europa. Pero él parece más concentrado en la guerra de España. Sartorius nos habla de Comisiones a Armero y a mí. Por primera vez veo a Sartorius emocionado (pulcramente emocionado) con una causa. Comisiones es una creación autóctona. Tiene poco que ver con las Trade Unions y otros sindicalismos europeos. En la cena están Punset, el doctor Hernández y tanta gente.
Ya se sabe que la movida de verano es nocturna. En una verbena doy con Paco Ordóñez, que viene a sentarse un rato a mi mesa. (Calle de Miguel Yuste, dominios de EL PAÍS.) Me cuenta Paco:
-Hassan es un hombre que se da cierta importancia. En cuanto a los americanos, están empezando a comprender nuestra pretensión de que se vayan los F-16. Sólo eso. Es una lenta y larga negociación. Leo en los aviones, Umbral, y estoy escribiendo algunas cosas, muy personales y líricas. Por ejemplo, una noche, en Praga, me emocionó la ciudad, como siempre, y me puse a escribir. Pero no te lo voy a enseñar, que yo no soy más que un aficionado.
Y le digo a Paco: "Eres de los pocos ministros que se ganan el sueldo. No paras". Unos están felices con su silla de eurodiputados y otros, como Paco, necesitan el planeta entero para ir y venir, para desenvolverse. Es la diferencia, sin faltar a nadie. Emilio Rey, una hermana de Forges (otra), maestro Haro-Tecglen, mucho personal. Paloma Segrelles en una fiesta de terraza (todo ocurre ya en las terrazas, que son los salones de la noche estival). Los eurodiputados de izquierdas van a Estrasburgo a pasarse de izquierdistas, seguro, y los de derechas van a proclamar una vocación de europeísmo, democracia y supranacionalismo que jamás han proclamado aquí dentro. Unos y otros, como ya hemos escrito alguna vez, se encontrarán con el desencanto de que Estrasburgo sólo es nominal y de que, dentro de lo nominal, ellos no son más que un nombre que nadie pronuncia correctamente. Pero es bonito, por ingenuo, el asalto a Europa de nuestros eurodiputados. A lo mejor hasta dan la nota.
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