Seis carretas emprenden un viaje de 18 días por los antiguos caminos de España
Los conductores que se desplazaban en la mañana de ayer por la carretera a Vicálvaro tuvieron que frotarse los ojos: seis carretas rústicas, que parecían de la Edad Media, avanzaban apaciblemente por la vía, arrastradas por robustos caballos. El grupo de viajeros iba vestido de campesinos, frailes y príncipes. La caravana se internó por los antiguos caminos de España en una expedición insólita que concluirá dentro de 18 días en Santander.
La idea de esta aventura, que se inició a las diez de la mañana en los jardines de Dionisio Ridruejo (Moratalaz), fue concebida hace un año por Miguel Ángel Pérez, un joven de 25 años aficionado a las narraciones de viajes y al turismo diferente, quien se quedó maravillado con un libro que relataba el viaje de un rey de los Austrias de Madrid a Irún. Pérez vendió la idea a la Concejalía de la Juventud del Ayuntamiento, que la ha puesto en práctica.A la salida el ambiente era de gran excitación. Los 30 muchachos -20 chicos y 10 chicas- inscritos para la expedición se tomaban fotograflas y bromeaban entre sí vestidos con sus disfraces típicos. "Ésta va a ser una aventura fuera de lo normal", decía Silvia Castillo, una hermosa campesina de 15 años. En el grupo desentonaba un chico de gafas oscuras, con un vistoso arete en la oreja, quien iba vestido con un camisón desgarrado en tirás largas y un pantalón que pretendía imitar la piel de un tigre. "Yo voy de príncipe", decía él.
Cocheros profesionales
Además de los chicos, casi todos de edades entre 14 y 17 años, el grupo está,integrado por 1 C, monitore s de la concej alía, tres experimentados cocheros y el propio Miguel Ángel Pérez, en calidad de organizador.El encargado de conducir el coche-guía -una galera manchega tirada por dos caballos- era Luis Uranga González, un curtido onubense de 51 años que conoce al dedillo su oficio y que ha trabajado de jinete y de cochero en El Curro Jiménez y Fortunata y Jacinta, entre otras series televisivas.
En el trayecto irán acompañados de un jeep por si se presenta alguna emergencia. La inscripción para participar costó entre 10.000 y 16.000 pesetas, según la situación económica. El Ayuntamiento aportó para la excursión cerca de un millón y medio de pesetas.
El recorrido, de unos 450 kilómetros, contempla 18 "finales de etapa" o ciudades importantes en las que pernoctarán los excursionistas, aunque también se harán altos en pequeños poblados para conversar con los vecinos y, si se da el caso, organizar fiestecillas.
La primera etapa acaba en Alcalá de Henares, adonde debían llegar anoche a través del antiguo camino de Vicálvaro y los caminos viejos de San Fernando de Henares y de Alcalá, que tienen unos 25 kilómetros. Allí dormirían en el Campo Arqueológico, a la intemperie, rodeados por los carruajes: dos galeras manchegas -tirada cada una por dos bestias- y dos carretas valencianas, una agricola y una tartana, arrastradas por un caballo.
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