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Desaparece en Chiclana un niño de cuatro años, presuntamente secuestrado por su madre

Cristian Martos Daniel, de cuatro años de edad, desapareció el lunes de las proximidades del domicilio de sus abuelos en Chiclana de la Frontera (Cádiz), presuntamente secuestrado por su madre, de nacionalidad alemana. El padre del niño, Francisco Javier Martos, lo trajo a España hace dos años al separarse el matrimonio y antes de que legalmente se decidiese la custodia del niño.

El posible secuestro se produjo a primera hora de la tarde, cuando el pequeño jugaba con otros niños en la calle. Una mujer rubiase lo llevó a la fuerza, según testimonios presenciales, mientras gritaba y pataleaba hasta ser introducido en un automóvil en el que desapareció. La inmediata denuncia puesta por los abuelos en el cuartel de la Guardia Civil no había dado resultado alguno hasta la tarde de ayer.La familia española de Cnistian solicitó vigilancia en los aeropuertos de Jerez, Sevilla y Málaga, que son los más próximos a la localidad gaditana donde tuvieron lugar los hechos.

Si el niño llega a atravesar la frontera, "no habrá nada que hacer legalmente", dijo Antonio, uno de los tíos de Cristian. "Sólo quedará ir allí y traerlo de nuevo de esta manera. El pobre va a acabar como una pelota de pingpong", añadió.

La familia Martos Valera ha resultado afectada por el fenómeno de la emigración. Algunos de sus miembros han trabajado en Alemania más de 20 años y tres de los hijos se casaron con ciudadanas de aquel país. Francisco Javier, que tiene en la actualidad 28 años y está en paro, se casó con Regina Daniel, que tiene ahora 26 años, en 1980. Su separación se produjo en 1985, cuando la relación había llegado a generar momentos de gran tensión y violencia, presenciados por el pequeño, Cristian.

Visita de los abuelos

El padre regresó con su hijo a España, pasando entonces el niño -según el testimonio de los abuelos paternos- una crisis de la que ya se había recuperado, aunque aún tomaba tranquilizantes por prescripción médica.Durante los años en que el niño ha permanecido en Chiclana, su madre no había intentado verle, siempre según la versión de sus familiares españoles. Recientemente, los padres de Regina han visitado a su nieto, produciéndose el encuentro en un ambiente de total cordialidad. Los abuelos paternos se basan en este hecho para asegurar que el problema podría haberse solucionado amigablemente, sin llegar a lo que para ellos ha sido, sin duda alguna, un secuestro.

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De no dar resultados las pesquisas policiales en España, la familia acudirá a sus conocidos en Alemania para intentar avenguar el paradero del niño y su recuperación.

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