Los precios provocan a los vendedores
La presencia de papel al cierre de la jornada anterior ha determinado una realización de beneficios que, en realidad, es una simple continuación de la que se registró en la apertura semanal. La altura de los precios sigue siendo el principal obstáculo a la entrada de dinero, al menos de forma generalizada, lo que casi obliga a un descenso, a veces muy corto, para que el interés por algunos valores se renueve. El último máximo del índice general se ha obtenido con un volumen de negocio a la baja, lo que indica que la situación venía un tanto forzada por la actividad de la inversión a corto plazo. Bajo esta óptica, es fácil comprender el escaso entusiasmo de algunos sectores del mercado ante las recientes subidas, aunque esto no les quita toda su validez.Dado que la inflación está encauzada, y descontada, sólo el inicio de un retroceso firme del precio del dinero puede ser capaz de reactivar el mercado mediante tomas de posiciones menos especulativas que las actuales, pero no parece que el Banco de España vaya a permitir por ahora un descenso que sería precipitado. La desaceleración en el crecimiento de las magnitudes monetarias es insuficiente y, aunque su incidencia sobre los precios al consumo es mínima, habrá que esperar a la caída de agosto para ver el inicio de una tendencia a la baja, algo que puede coincidir con los deseos de los especuladores.
Mientras tanto, el mercado ha ofrecido menos resistencia a las partidas vendedoras, al acusar el mal de altura lógico tras un máximo con escasos apoyos en cuanto se refiere al negocio. Los sectores industriales han sido los más afectados al resultar más complicada la salida en los valores pequeños. Las eléctricas de momento no cuentan, y sólo banca y comunicaciones han capeado este pequeño temporal sin demasiados problemas, aunque el cierre todavía registraba un exceso de papel.
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