María Ángeles Larrea

Por primera vez en más de dos siglos de existencia, una mujer preside la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País (RSBAP). María Ángeles Larrea, nacida en Galdakao (Vizcaya) hace 50 años, tiene desde el pasado mes de junio la responsabilidad de dirigir la institución que introdujo en el País Vasco el espíritu de la Ilustración. La nueva presidenta, socia de la entidad desde hace 17 años, cree que "la mujer es todavía en el mundo contemporáneo una fuerza social que está virgen".

María Ángeles Larrea, que reparte su actividad profesional entre la docencia universitaria y la investigación histórica, se muestra ilusionada con la posibilidad de introducir cambios en la sociedad fundada en 1764 por el conde de Peñaflorida, donde sólo hay 20 mujeres sobre un colectivo de 700 socios. La nueva presidenta es socia desde 1970. Se había interesado en la obra de Francisco Javier Munive mientras realizaba trabajos de investigación sobre el siglo XVIII.Hoy la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, que contribuyó en sus orígenes a la introducción de la enseñanza científica en España y a la reactivación de la economía vasca, centra sus trabajos en los estudios históricos. En estos momentos, el primer objetivo de la nueva presidenta es incorporar a los jóvenes a una institución que ya ha tenido ocasión de celebrar dos centenarios.

"Tenemos en la sociedad vasca una imagen de elite que debe desaparecer", afirma. "Los jóvenes pueden sentirse atraídos por determinados trabajos de investigación y participar en nuestros seminarios. Si tenemos suerte y logramos incorporar a las nuevas generaciones, ellos mismos potenciarán la Sociedad Bascongada".

Larrea cree que su elección es un hecho normal y subraya que ya estaba al frente de la comisión de Vizcaya de la RSBAP. La presidencia de la sociedad es rotativa, y este año le toca desempeñarla a Vizcaya. Sin embargo, no es la primera ocasión en que consigue abrir foros reservados hasta entonces a los varones. Desde 1962, es también la primera mujer que pertenece al claustro docente de la universidad de Deusto, donde ejerce como catedrática de Historia General y Moderna del País Vasco y dirige el- departamento de Arte, Geografía e Historia.

Interés por los emigrantes

Casada con un médico, reconoce que el no haber tenido hijos le ha permitido una dedicación profesional más intensa. La situación de la mujer, y en especial de las emigrantes, ha sido otra de sus preocupaciones, que le llevó a trabajar activamente en la década de los sesenta en centros de formación familiar."Me interesó", dice, "el hecho de que Vizcaya fuera entonces una provincia receptora de emigrantes. El objetivo de aquellos centros era facilitar la integración en la sociedad vasca de la mujer que llegaba de fuera, de manera que pudiera conocer nuestra cultura y se sintiera bien acogida".