Bhag Singh,
un empleado de la compañía del metro de Estocolmo que en 1979 había sido despedido de su cargo por negarse a trabajar si no se le permitía usar el turbante que prescribe su religión sij, ganó el juicio que había iniciado contra la empresa. Ésta deberá restituirlo en el cargo, encargado de la venta de boletos al público, y además deberá pagarle 5.000 coronas (unas 100.000 pesetas) por concepto de indemnización.
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