Los sondeos sitúan a Cavaco Silva al borde de la mayoría absoluta en Portugal

Los últimos sondeos sitúan al actual primer ministro portugués, el socialdemócrata Aníbal Cavaco Silva, al borde de la mayoría absoluta en las elecciones legislativas del próximo 19 de julio. Mientras media Europa cerraba las maletas o contaba los días que, faltan para las vacaciones, los políticos portugueses iniciaban ayer una nueva maratón electoral, la decimocuarta desde 1975.

Los sondeos que, a pesar de la prohibición legal, han ido publicando los periódicos de Lisboa las últimas semanas, presentándolos como opiniones, no permiten ninguna duda acerca de la victoria del actual primer ministro y líder del PSD, Aníbal Cavaco Silva.Las últimas previsiones del semanario O Tempo atribuyen el 41% de las intenciones de voto a los socialdemócratas, el 22% a los socialistas (PS), el 13,5% a los comunistas (CDU), el 10% a los eanistas del PRD y el 5,5% a los democristianos del CDS.

Con estos resultados, Cavaco Silva estaría a tres o cuatro puntos de la mayoría absoluta, y el CDS al borde del aniquilamiento completo. EL único triunfo que queda a los democristianos es la esperanza de ser, después de las elecciones de julio, necesarios a Cavaco Silva para tener una mayoría estable en el Parlamento de Lisboa.

Para los partidos de la oposición de izquierda, el desafío es doble: deben impedir al PSD alcanzar en solitario la mayoría absoluta, por primera vez desde la restauración de la, democracia en Portugal, y rivalizar entre ellos para la conquista del segundo lugar.

Los comunistas, en poco más de un mes, han borrado hasta el recuerdo de la extinta Alianza Pueblo Unido (APU) e impuesto la flamante Coalición Democrática Unida (CDU). Álvaro Cunhal ha hecho decenas de comicios y resumido en algunas frases simples los objetivos que el PCP se propone: impedir a la derecha conquistar la mayoría e impedir que el PS hegemonice la izquierda con el pretexto del voto útil.

Los eanistas del PRD se proponen desmitificar la "manipulación demagógica" de la opinión pública llevada a cabo por los socialdemócratas.

Los dirigentes socialistas, por su parte, saben que no deben esperar robar muchos, votos ni al PSD, ni al PCP, y para crecer apuestan a fondo en la recuperación de parte del electorado del PS que se pasó al PRD en 1985.

Eanes denuncia que la estrategia electoral del PS se orienta hacia la destrucción del Partido Renovador Democrático. Pero para algunos dirigentes socialistas lo peor es que, así, el PS nuevo de Constancio corre el riesgo de no recuperar los electores que abandonaron en 1985 el viejo PS de Mario Soares.

La negativa de éste a encargar a Constancio formar un Gobierno de izquierda para evitar la disolución del Parlamento, no puede dejar de ser interpretada como un voto de confianza en Cavaco Silva y de desconfianza hacia la actual dirección del PS.