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Reportaje:

Guido Rossi

El abogado de los capitalistas defenderá a los comunistas en el Senado italiano

Guido Rossi, el príncipe del capitalismo italiano, se sentará en el Senado en la próxima legislatura, después de obtener un escaño como candidato independiente de izquierda en las listas del Partido Comunista Italiano (PCI) en las recientes elecciones legislativas. Su candidatura revolucionó al mundo financiero, pero fue recibida con gran satisfacción por la base del segundo partido de Italia.

Rossi, de 56 años, es un aboga do milanés de éxito, como él mismo confiesa, que asesora a la flor y nata de la clase empresarial italiana y ejerce al mismo tiempo la docencia como profesor de Derecho Comercial en la universidad estatal de Milán. Es un hombre elegante, que tiene un amplio bufete en una céntrica calle milanesa, Via Santa Andrea, con un gusto exquisito por la pintura, que se evidencia con cuadros de firma en algunos lugares de su despacho. A partir de ahora, en sus tarjetas se podrá leer "Senador Guido Rossi". Círculos periodísticos locales le han calificado como "un Robespierre de izquierdas", que cree en un capitalismo sano y que se ha caracterizado por denunciar las reglas del juego financiero.Se ha educado en las universidades de Harvard y Oxford así como en la London School of Economics, y fue desde 1979 a 1981 presidente de la Consob, el órgano estatal de control y vigilancia de la bolsa. Rossi se hizo especialmente popular cuando en 1981 ordenó el cierre temporal de los mercados bursátiles como consecuencia de una espectacular caída de valores.

Despacho millonario

En una reciente conversación con este diario, el flamante senador Rossi sostenía que "el único partido que es hoy por hoy capaz de impulsar la modernización en Italia es el comunista". Sus compatriotas no han compartido del todo su afirmación y han rechazado la oferta del PCI, que ha perdido en los últimos comicios más de tres puntos. "La candidatura de Rossi significa que el PCI ha aceptado definitivamente el juego del capitalismo", declaraba el día de las elecciones su amigo Carlo de Benedetti, presidente de la empresa multinacional Olivetti. Rossi, cuyo despacho le reportó el año pasado dos millones de dólares, se precia de asesorar a Gianni Agnelli, dueño de la Fiat, a quien los comunistas acusan de haber duplicado sus beneficios a expensas de los trabajadores. Entre sus clientes figura también la famosa firma Pirelli, así como numerosas compañías extranjeras, entre ellas una veintena de norteamericanas. El senador Rossi forma parte del comité de dirección de la potente compañía de seguros italiana Generali."Yo he sido siempre un hombre de izquierdas", afirma. Su gran sueño, ser legislador, se ha convertido en realidad. Promete partirse el pecho por sacar adelante una ley antimonopolio, una reforma del sistema bancario y de la industria estatal y el control de la evasión fiscal.

Según Rossi, el hecho de que los comunistas decidieran seleccionarle para ir en su candidatura demuestra que el PCI "ya no es el partido leninista de línea dura". "En el programa comunista no se habla de nacionalizaciones", añade con una media sonrisa; "hace una política keynesiana reformista".

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