El fiscal militar pide un año de prisión para un soldado por insultar a su capitán

La fiscalía militar de la I Región Militar (Madrid) ha solicitado un año de prisión para el soldado Carlos Heras Quiroga, procesado por haber dirigido a su capitán, Javier Fernández Recio, la frase: "Es usted un cabrón y chupatintas que cobra sin trabajar". El soldado profirió estos insultos porque, cuando estaba a punto de licenciarse -sus compañeros ya lo habían hecho días antes-, fue sancionado con dos arrestos de 30 y 15 días. Los hechos ocurrieron en junio de 1986, y en breve será fijada la fecha del correspondiente consejo de guerra.

Carlos Iglesias Selgas, abogado defensor del soldado, ha solicitado en su escrito de conclusiones la absolución del procesado, ya que, en su opinión, no llegó a producirse delito porque, de un lado, el soldado estaba ya en situación de reserva -como consta en su cartilla militar- y, de otro, las autoridades militares no han presentado los documentos oficiales explicativos de las sanciones impuestas al joven.Los hechos juzgados se produjeron el día 18 de junio de 1986, fecha en la que Carlos Heras, hijo de un taxista madrileño, se encontraba en su cuartel, el Regimiento de Automóviles de la Reserva General, a pesar de que en su cartilla militar figura que el 1 de junio de ese año pasó a la reserva. Sus compañeros de reemplazo se habían licenciado el 14 de mayo de ese año.

El 1 de junio, y por la presunta falta de conducir sin permiso en el cuartel, el soldado fue sancionado con un mes de arresto. El 18 de junio fue sorprendido por su capitán cuando el soldado mantenía una riña con un compañero, por lo que fue advertido de una nueva sanción de 15 días de arresto, momento en que Carlos Heras dirigió los referidos insultos al oficial, en presencia de otros mandos de la unidad.

Actuación injusta

Según el escrito de conclusiones del abogado Iglesias Selgas, el soldado "pensó, teniendo en cuenta los antecedentes con que contaba, que el capitán Javier Fernández Recio, del que dependía, había dado el parte correspondiente con el exclusivo propósito de prolongar su servicio en filas"."En razón a ello, al antecedente de otros arrestos que estimó injustos y a que dicho capitán le había amenazado con recluirle en la prisión militar de Alcalá de Henares, el procesado tuvo el convencimiento de que había sido objeto de actuación injusta por parte de dicho capitán, para lo que contaba con cierta base objetiva", señala el mencionado escrito.

El soldado fue conducido a la prisión militar de Alcalá de Henares el 30 de septiembre de 1986, y allí estuvo hasta el 21 de octubre. Días antes, el abogado Iglesias solicitó que le entregaran las resoluciones por las que el soldado, de acuerdo con la ley de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, había sufrido los dos anteriores arrestos, petición que, según el letrado, aún no ha sido satisfecha.

Según el fiscal, al soldado debe aplicársele el artículo 101 del Código Penal Militar, que fija una pena de tres meses y un día a dos años de prisión para los autores del delito de "insulto a superior".

Tanto el fiscal como el abogado defensor han solicitado que acudan como testigos al consejo de guerra el capitán insultado, el teniente Gregorio García Luzardo, el sargento José Luis Aguado y el soldado Antonio Pino, estos tres últimos testigos de los insultos. El letrado defensor no descarta posibles careos.