Julio de Benito: "La información electoral de TVE se convierte en propagaranda"

J.R. PÉREZ ORNIA Julio de Benito, director de los Servidos Informativos de TVE, ha manifestado a este periódico que está totalmente insatisfecho con la información electoral que se difunde en los telediarios de TVE porque los repartos de tiempo y las presiones externas provocan que "la información electoral de TVE se convierta en propaganda".

"Estoy profundamente disconforme y descontento porque la información electoral de TVE es propaganda. Las presiones que ejercen algunos medios de información y los partidos políticos, con la práctica de asignar y controlar los minutos de tiempo que se otorgan a cada grupo, son algunas de las causas que contribuyen a esta desviación de nuestra misión de informadores", manifestó ayer De Benito."La televisión se ha convertido en una especie de fotomatón que retrata a los políticos mientras visitan un mercado, saludan a la gente y reparten propaganda electoral. Ocurre ahora y ha sucedido en anteriores campañas que estas imágenes ni son noticias ni tienen nada que ver con la información", afirma el director de los Servicios Informativos. 'Hemos decidido excluir de los telediarios esta cobertura y emitirla en bloques separados, precisamente porque no la consideramos información. La televisión ha acabado por convertirse en un portavoz de la campaña. Pero es que, además, todos critican los planos y los párrafos que seleccionamos. Digamos que cada grupo critica no el tratamiento que le damos a él, sino el que concedemos a los que se supone que son sus adversarios políticos. Todos sostienen que beneficiamos al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y yo debo decir que el PSOE es el que más ha perdido en todo esto, porque es el que más tiempo ha tenido que ceder a los demás".

Los Servicios Informativos han desplegado por toda España 569 profesionales, entre periodistas, redactores gráficos y productores. El coste adicional para TVE asciende a aproximadamente 200 millones de pesetas: 102 millones para gastos de producción (transportes, alquileres, hoteles, etcétera) y 92 millones de pesetas en concepto de pactos de rodaje, es decir, la remuneración extra que debe abonarse a esos trabajadores por dedicación a la campaña.

Desvirtuar las elecciones

"Creo que todo este esfuerzo", añade el director de los informativos, "no vale la pena para acabar haciendo propaganda. Ésa no es nuestra función. Pienso que en el futuro, si se mantiene el criterio de reparto de tiempos, es preferible, como se hizo en las generales de 1977, que cada partido nos envíe su cinta de vídeo con minuto o minuto y medio de información, realizada por ellos y que nosotros nos limitemos a difundirla. Quede claro que yo no me opongo a este sistema y que la televisión pública no debe renunciar a esta misión de ser portavoz de la campañía, pero nosotros tampoco debemos renunciar a nuestro deber de informar".

"Ocurre además que, de esta manera, se desvirtúa la naturaleza de las campañas electorales ya que éstas parecen realizarse sólo en función de salir por la televisión y, al final, somos nosotros quienes les hacemos la campaña. Nos ahorraríamos quejas y disgustos, porque la propaganda estaría mejor hecha si sus autores son los responsables de imagen de los partidos y, además, la pagarían ellos. Dios nos libre a nosotros, de criticar algún aspecto de la campaña. Al contrario, se pretende que salgan imágenes maravillosas de un cine pequeño, oscuro y semivacío, y en alguna campaña anterior la televisión llegó a convertir en éxito un mitin que había sido un fracaso. Todos quieren la mejor frase y el mejor plano para su candidato. Pienso que tienen derecho a controlar nuestros criterios, pero no a que demos noticias carentes de interés informativo, ni a que los periodistas se conviertan en fotomatón."