Australia ordena el cierre de la Embajada de Libia
El Gobierno de Australia ordenó ayer el cierre inmediato de la Oficina Popular (Embajada) de Libia en Canberra y dió a los diplomáticos libios un plazo de 10 días para que abandonen el país.El primer ministro laborista australiano, Bob Hawke, explicó, en una conferencia de prensa, que decidió dar ese paso después de estudiar detenidamente el «papel desestabilizador" desempeñado por Libia en la zona y, más recientemente, su injerencia en asuntos internos de Australia.
Hawke recalcó, no obstante, que la orden de cierre de la representación diplomática libia no guarda relación directa con los recientes acontecimientos en Fiyi, donde militares derrocaron el pasado 14 de mayo al Gobierno surgido de las elecciones celebradas un mes antes. No obstante, Hawke reconoció que "existe una amplia relación conceptual entre los diferentes elementos" implicados en esta decisión.
Fuentes oficiales señalaron que uno de los motivos de la medida adoptada por el Gobierno australiano son los contactos establecidos por Trípoli con el movimiento aborigen australiano, y que el Gobierno tiene conocimiento de que los libios apoyan a los independentistas canacos en Nueva Caledonia, territorio francés de ultramar, y a los rebeldes de Irian Jaya (Indonesia).
Libia es también la causa de las tensas relaciones actuales entre Canberra y Vanuatu (antiguas Nuevas Hébridas), cuyo Gobierno suspendió la semana pasada todos sus contactos militares con Australia.
Vanuatu, que en 1986 estableció relaciones diplomáticas con Libia, decidió esa ruptura como protesta por lo que calificó de injerencias australianas en sus asuntos internos. Libia todavía no ha abierto su delegación diplomática en Puerto Vila, la capital de Vanuatu, pero durante los últimos meses ha facilitado a las fuerzas de seguridad de ese país algún entrenamiento en materia de antiterrorismo.
El comunicado de Vanuatu hacía referencia a unas conversaciones que el ministro de Asuntos Exteriores de Australia, Bill Hayden, mantuvo a principios de mayo con el primer ministro neozelandés, David Lange, sobre el "peligro de penetración libia" en el Pacífico Sur, a causa de sus contactos con Vanuatu.
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