La carrera terminó en Madrid con otro paseo
JUAN MORA La Vuelta a España concluyó ayer con el triunfo del colombiano Lucho Herrera. Del ánimo con que afrontaron la etapa, como en días anteriores, los restantes corredores no se podía esperar otra cosa. Llevaron la decepción por donde pasaron. El millón, de personas que realizó una cadena humana por los pueblos del sur de Madrid no pudo sentirse más defraudado. No vio corredores, nisiquiera cicloturistas. Eran domingueros. El cúmulo de despropósitos fue tal que hasta el pelotón fue incapaz de reaccionar ante la escapada final de Jaime Vilamajó, que ganó la etapa con un segundo de ventaja.
A Madrid llegaron 88 corredores de 179 que salieron a disputar la Vuelta. Bastaron tres etapas duras. (Andorra, Cerler. y Lagos) para que la totalidad arrojara la toalla. Desde entonces , la Vuelta, porque los que quedaban en carrera así lo quisieron, se convirtió en una excursión, a excepción del recorrido por Ávila, porque ahí Fignon atacó y Herrera quiso el liderato ante la retirada de Kelly.La Vuelta ha tenido un trazado lo bastante exigente como, para echar fuera a quienes no se prepararon debidamente. El ritmo acomodado y la generosidad para cerrar el control de llegada permitieron que no hubiera más retirados. La Vuelta se convirtió así en una competición de segundo orden porque los participantes decidieron no disputarla. Herrera, de esta manera, se encontro con un triunfo fácil. Hizo lo justo en los Lagos y en Ávila para coger el liderato. Después no tenía más que seguir la rueda de los demás, que le llevarían en volandas hacia la gloria.Lo que hicieron los corredores ayer fue rubricar su falta de combatividad. Iniciaron la etapa a 25 kilómetros por hora, festejaron la noticia de que Omar Hernández, vencedor el miércoles, era padre en el momento de la carrera, y echaron en cara a Mariano Sánchez, en cuanto le neutralizaron, que se quisiera escapar al poco de salir. La fuga de Juan Gomila fue diferente porque lo único que pretendía era pasar en cabeza por Fuenlabrada, porque allí tiene la sede su equipo.El retraso llegó a ser de media hora. Luego, lo amortiguaron cuando, ya Madrid a la vista, algunos dejaron ver sus deseos de ganar. Hasta que no se dio la última vuelta al circuito final, todos los intentos resultaron vanos. Vílamajó escapó al control del Teka, que preparaba el sprint de Alfonso Gutiérrez. Y el pelotón, como la mayoría de los días, no supo, o no quiso, reaccionar. El recorrido de esta Vuelta no se merecía estos participantes.
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