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Las autoridades soviéticas reconocen el estado "desolador" de su sanidad

Pilar Bonet

Numerosas clínicas sin agua corriente ni sistema de canalización, camas instaladas en barracas y antibióticos que sólo cubren algo más de la mitad de las necesidades son algunos de los males de la medicina soviética, de los que se ha quejado el ministro de Sanidad de la URSS, Evgueni Chazov.

En una entrevista publicada por el semanario Literaturnaia Gazeta, Chazov, que ocupa el puesto de ministro de Sanidad desde el pasado febrero, calificaba de "desolador" el estado en que se encuentra la organización de la sanidad en la URSS.Ésta, que en el pasado fue aireada a bombo y platillo como uno de los grandes logros del sistema socialista soviético, se ve aquejada de graves problemas técnicos, organizativos, financíeros y científicos.

El ministro, un famoso cardiólogo que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1985, trazó un escalofriante panorama del sistema hospitalario y propuso medidas de reforma, entre las que se encuentran la introducción del médico de cabecera en régimen experimental limitado y una mayor descentralización de la planificación y las finanzas de la sanidad.

4% de la renta

La URS S dedica al sistema sanitario un presupuesto equivalente al 4%. de la renta nacional (valor parecido al producto nacional bruto occidental), lo que supone una cifra porcentual inferior a la de 1970, cuando la sanidad recibía un 4,1 % de la renta nacional. De seguir las cosas así, la sanidad recibirá un 3,9% en 1990, según afirmaba el ministro, que era partidario de dedicar un 8% de la renta nacional a la salud en el año 2000.La economía soviética pierde 90 millones de rublos al año debido a la poca eficacia del sistema sanitario, que funciona todavía con criterios de planificación extensiva, de tal forma que para poder hinchar las estadísticas del número de camas, éstas se instalan en pisos, barracas y residencias, según explicaba el ministro.

"Muchas clínicas de Asia Central, por ejemplo, no sólo no tienen hasta ahora suministro de agua caliente, sino tampoco una canalización elemental y una conducción de agua", decía el ministro, que lamentaba la falta de competencias y de independencia de las autoridades republicanas, ya que la planificación sanitaria tiene carácter centralizado y se realiza en el Ministerio de Sanidad de la URSS en Moscú en colaboración con el Gosplan (el organismo estatal de planificación) y el Ministerio de Finanzas.

Aunque las normas sanitarias exigen siete metros cuadrados por cama, la media soviética es de 4, 2 metros cuadrados, señalaba Chazov. Del hacinamiento de las clínicas dan cuenta los ciudadanos soviéticos que han pasado la experiencia de la hospitalización en la URSS. Los extranjeros son sometidos a un trato médico privilegiado que no refleja la situación habitual.

El ministro se quejaba de la falta de técnica moderna y de buena calidad, y citaba el ejemplo de los escalpelos, que los cirujanos tienen que afilar ellos mismos después de la segunda operación. Chazov, que dejaba aparte la tecnología médica avanzada, afirmaba que faltan las "cosas más sencillas" y revelaba que la población de la URS S "está abastecida de medicamentos sólo en un 85%". "Las peticiones de medicamentos cardiacos y de antibióticos sólo pueden satisfacerse en un 40%-60%. Y se trata de los medicamentos más importantes, de los que depende la vida de" la persona".

La falta de medicamentos es origen de una red de mercado negro en la que participa personal sanitario, muy mal pagado hasta que los sueldos del sector fueron incrementados, estando ya en el poder Mijail Gorbachov.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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