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Luís Eduardo Bresser, nuevo ministro de Hacienda de Brasil

Luis Eduardo Bresser Pereira, un economista de 52 años, con cursos en la universidad de Michigan en Estados Unidos, es el nuevo ministro de Hacienda de Brasil. La noticia fue hecha pública por el portavoz de la presidencia de la República, pero a media tarde de ayer el presidente no había firmado aún el decreto de nombramiento. Nadie se atreve a pronosticar si habrá o no un cambio en la política de la deuda externa.

Bresser Pereira, quien hasta ahora era secretario de Ciencia y Tecnología de Sao Paulo, ha estado relacionado a lo largo de más de 20 años al grupo "Pan de Azucar", una cadena de supermercados con varias sucursales en el exterior y que, en Brasil es dueña de la principal cadena de tiendas de ese sector. Vinculado al PMDB, formó parte del sector de economistas del partido que criticó la política económica del Gobierno a lo largo del régimen Militar.Tiene prestigio ante los empresarios brasileños y pese a no ser un nombre muy conocido junto a los acreedores internacionales fue bien recibido en los principales medios financieros de Europa y Estados Unidos, ya que es notoriamente un hombre, "menos rígido" que el anteríor ministro Dilson Funaro, principalmente en lo que se refiere al problema de la deuda externa de Brasil.

En los medios universitarios brasileños, Bresser Pereira es respetado por no ser un "radical". Ayer, en todas las emisoras de radio y televisión, los economistas entrevistados destacaron la característica de "hombre de centro" del nuevo ministro. Profesores universitarios llegaron a clasificarlo como "un progresista moderado".

Situación exterior

Ayer no había ninguña indicación sobre la actitud o la línea que será adoptada por el nuevo ministro en relación a la cuestión de la deuda externa. Sin embargo, asesores del presidente Sarney afirmaron ayer que "la situación externa se deteriora cada día" y qué medidas urgentes deberán ser anunciadas en los próximos días. Los mismos asesores admitieron que tambien la situación interna se encuentra en un momento de suma gravedad, con el país al borde de lo que podría ser la peor recesión de toda su historia.La indefinición exhibida por el Gobierno en la cuestión del nombramiento del nuevo ministro de Hacienda provocó impresiones negativas junto a las misiones del Fondo Monetario Intemacional y del Banco Mundial que están en Brasilia. Ninguno de los integrantes de estas delegacionas quiso formular declaraciones a la prensa, pero en sus contactos con funcionarios brasileños dejaron claro su preocupación ante las dificultades del presidente para nombrar sus propios ministros.

Funcionarios del Ministerio de Hacienda, mientras tanto, insistían ayer en que un cambio de nombres no implicaría necesariamente un cambio de línea política económica, principalmente en lo que se refiere a la cuestión extema. En medios financieros y empresariales nadie parece dispuesto a creer que se mantenga la política anterior.

En el palacio presidencial, va rios asesores del presidente revelaron a parlamentarios y dirigentes políticos a lo largo de los últimos dos días que está a punto de agotarse el plazo para que los negociadores brasileños puedan llegar a obtener resultados concretos frente a los bancos acreedores extranjeros.

Para empeorar el cuadro, el país ofrece hoy día al mundo una imagen de desorganización, confusión y ausencia de rumbos en lo interno, lo que se traduce en incertidumbre, una secuencia espectacular de huelgas y una espiral inflacionista que puede llegar en el mes de abril a casi el 20%, rompiendo todos los récords históricos.

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