Bruce Gyngell,
director del programa matinal de la televisión británica ITV, está siendo investigado por sus superiores tras haber enviado a 12 de sus empleados a unos cursillos de autoconocimiento y meditación trascendental impartidos en Londres por un guru norteamericano, John Roger, con fondos de la empresa. Tal vez impulsado por el deseo de que sus empleados rindan al máximo, Gyngell no dudo en remitirlos a un santón que predica "la recuperación total de la energía mental y el amor por uno mismo y su magnificencia". Su cruzada espiritual obedece, además, a su convencimiento de que las enseñanzas de Roger son "buenímas" y nadie debería perdérselas. Los empleados sometidos a esta religiosidad forzosa no dicen ni que sí ni que no; tan sólo han manifestado a la comisión investigadora que temían no ascender si se negaban a acudir al curso. Un portavoz de la dirección, por su parte, ha señalado que cada cual puede apuntarse a lo que quiera, pero que se lo pague de su bolsillo.
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