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Schuster pide la rescisión de su contrato y 70 millones de pesetas de indemnización

Gonzalo Ivars, abogado de Bernd Schuster, soficitó ayer la rescisión, por incumplimiento de contrato, de la relación laboral que liga al jugador con el Fútbol Club Barcelona hasta junio de 1988 y una indemnización de 70 millones de pesetas, equivalente a los emolumentos pendientes, en la vista oral celebrada en la sala de plenos del Palacio de Justicia de Barcelona. El juicio fue presidido por Sebastián Huerta Herrero, titular de la Magistratura de Trabajo número 20. Josep María Antrás, decano del Colegio de Abogados de Barcelona, defendió los intereses del club azulgrana, negando a Schuster la libertad de abandonar el club y su derecho a la indemnización solicitada. Antes de iniciarse el juicio, Josep Lluís Núñez, presidente del Barcelona, ofreció a Schuster la renovación de su contrato por tres temporadas y la mejora del actual, con unos ingresos de 60 millones de pesetas anuales, lo que da una cifra global de 240.

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La tesis de la parte demandante centró su argumentación en el hecho de que el club habia modificado el objeto del contrato al impedir a Schuster jugar al fútbol. Para el letrado Ivars, el Barcelona, al suspender su ficha federativa en una decisión unilateral y dejar al jugador en "una situación de sanción encubierta, al margen de toda normativa", impide que se pueda cumplir el objeto principal del contrato, que es "jugar al fútbol ante el público".El letrado señaló que se habían producido tres incumplimientos de contrato por parte del Barcelona. En primer lugar, por voluntad unilateral del club expresada por su presidente, Josep Lluís Núñez, al manifestar públicamente que Shuster jamás volvería a vestir la camiseta del Barça. Según Ivars, tras estas manifestaciones de Núñez, Schuster no ha vuelto a jugar un partido de competición. En segundo lugar, el letrado destacó los perjuicios profesionales causados al jugador y, finalmente, dijo que la Federación Española de Fútbol había materializado estos hechos.

La jurisdicción civil

La defensa del Barcelona, a cargo de Josep Maria Antrás, planteó serias objeciones a los argumentos de la demanda. Inició su exposición desligando el contrato deportivo, que consideró propiamente laboral, del de imagen, cuyo enjuiciamiento debería instruirse en la jurisdicción civil.Antrás rachazó que se pudiera equiparar la no participación del jugador en partidos de competición con negarle el derecho al trabajo. Asimismo, señaló que Schuster estaba disfrutando de todos los derechos que le confería el contrato y restó relevancia al hecho de que fuera "suspendida temporalmente su inscripción federativa". Antrás aportó un escrito de la federación, según el cual con 48 horas de anticipación a un partido se puede inscribir a cualquier jugador y puso el ejemplo del trueque de Mark Hughes por Steve Archibald.

El letrado recordó que las dos reclamaciones presentadas por Schuster ante la Inspección de Trabajo y ante el Servicio Territorial de Trabajo de la Generalitat sobre una posible infracción de los derechos del jugador se habían resuelto a favor del club. Asimismo, hizo una exposición sobre la conducta irregular del futbolista. En la parte testifical compareció en primer lugar, como representante de la empresa, el presidente Josep Lluís Núñez. Reconoció como propias sus palabras en las que afirmó que Schuster no volvería a vestir más la camiseta del Barcelona, pero matizó que las había hecho en calidad de socio y no de presidente. Núñez dijo también que se enteró por la radio del cambio de Hughes por Archibald y aseguró que Schuster jugaba partidos de entrenamiento y que se había alineado en un partido amistoso celebrado en Tarragona, lo que provocó la hilaridad del público.

Schuster, en su comparecencia, dijo desconocer si tenía ficha federativa y que nunca supo la razón de su sustitución. Desmintió que se hubiera negado a entrevistarse con el técnico Terry Venables. Sobre su no asistencia a comidas y cenas de la plantilla, manifestó que había sido contratado "para jugar al fútbol".

Venables confirmó que Schuster le había pedido, en diciembre de 1985, que le ayudara a salir del club. El técnico explicó que pidió al jugador su colaboración hasta el final de la temporada pasada.

Joan Gaspart, vicepresidente del Barcelona, explicó que el jugador le había comunicado su intención de abandonar el club porque se "encontraba desmotivado". Gaspart, al ser preguntado sobre las inscripciones federativas, declaró que "los partidos de fútbol no se juegan con las leyes". Carles Bestit, jefe de los servicios médicos del Barça, afirmó que las lesiones alegadas por Schuster no eran objetivables por tratarse de dolores musculares, cuya única evidencia eran las manifestaciones del jugador.

El juicio, que duró cuatro horas y media, quedó visto para sentencia, que puede tardar 15 días.

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