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LOS FRENTES DEL CONFLICTO SOCIAL

El Consejo Confederal de Comisiones Obreras rechaza por un voto la propuesta de huelga general

Comisiones Obreras no llevará a cabo la huelga general anunciada para el mes de abril. Marcelino Camacho, secretario general del sindicato, vio derrotada su propuesta -que contaba con los apoyos del PCE- por un solo voto en la reunión del Consejo Confederal. Sin embargo, la conflictividad social se mantiene hoy con los paros de Renfe, las protestas agrarias y de los universitarios y las huelgas de construcición y de la sanidad. Ayer, José María Benegas, secretario de organización del PSOE, atribuyó el enfrentamiento de algunos sectores y el Gobierno a la crisis de sindicatos y partidos de la oposición, "incapaces de canalizar las demandas sociales.

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La derrota sufrida ayer por la propuesta de huelga general apadrinada por Marcelino Camacho y Gerardo Iglesias, secretario general del PCE, fue recibida con alivio en medios socialistas. No tanto por el eco que el llamamiento de CC OO hubiera obtenido, sino por que su sólo anuncio supone de enrarecer el clima social.El PSOE está preocupado por la forma en que los mensajes del partido y el Gobierno llegan a la sociedad y en esa línea, lanzará inmediatamente una ofensiva para explicar la política económica del Gobierno, e incluso, las causas de los conflictos. Miembros de la ejecutiva federal socialista recorrerán próximamente todas las federaciones regionales del partido para explicarles por qué "la política económica del Gobierno es progresista y la adecuada en estos momentos". José María Benegas, secretario de organización del PSOE, compareció ayer en una conferencia de prensa y asistió a un almuerzo con periodistas especializados en el área económica para subrayar que ni el partido socialista ni el Gobierno se sienten acosados y que lo que realmente les preocupa son los brotes de violencia.

Para el PSOE las instituciones intermedias -partidos de la oposición y sindicatos- están en crisis, son incapaces de encauzar las reivindicaciones sociales y eso lleva a una conflictividad en la que aparecen brotes de violencia preocuparítes. El dirigente socialista dijo: "La oposición no es capaz de canalizar las demandas de los sectores que no se sienten representados por el Gobierno, y los sindicatos se ven desbordados y en ocasiones ni siquiera se ve que dirijan los conflictos hacia una vía de diálogo. Hay un problema de impaciencia en la sociedad, pero la política del Gobierno es progresista y solidaria".

Explicar los conflictos

La idea sobre la que girará esa ofensiva socialista será precisamente la bondad de la política económica del Gobierno, campana que Guillermo Galeote que con Francisco Fernández Marugan y José Luis Corcuera acompañó al secretario de organización en su encuentro con los periodistas- amplió a "explicar por qué ocurren los conflictos". Entre murmullos de sorpresa de los informadores Galeote argumentó que "la gente ve la televisión, oye la radio o lee los periódicos y no sabe porqué hay movílizaciones. Yo, incluso", dijo, "no sé a veces por qué hay algunas protestas".

Txiki Benegas apelaba ayer a que "no se deben poner en peligro ahora los logros económicos alcarizados tras años de sacrificio". Tal peligro estriba, según la ejecutiva federal del PSOE, en que un aumento de los salarlos superior a la previsión de incremento de inflación para este año -un 5%- restaría competitividad a las empresas españolas en el mercado europeo, ya que numerosos países de la CE han logrado ya aproximar a cero su índice de inflación.

La dirección del PSOE extrae como consecuencia, tanto en las intervenciones públicas ~de sus dirigentes como en un documento justificativo de la política económica del Gobierno, que será divulgado próximamente, que la limitación del incremento de los salarios "a quien más beneficia es a las clases más desfavorecidas", ya que, según la explicación socialista, puede permitir alcanzar este año un aumento del 3% del producto interior brutoy facilitar la creación de empleo.

Fernández Marugán y José Luis Corcuera fueron especialmente prolijos a la hora de explicar estas ideas.

En sus juicios hacia la actitud de los sindicatos era fácilmente apreciable una cierta mesura verbal, tal vez porque, como decía Benegas, "los puentes con UGT están abiertos y queremos restablecer el diálogo. Pero no vamos a admitir descalificaciones personales como las que se han hecho desde UGT. Máxime cuando desde el PSOE jamás se han hecho ese tipo de descalificaciones".

Críticas a combatir

Esa misma mañana el dirigente socialista había reprochado a la UGT que realizase descalificaciones globales de la política del Gobierno juzgándola públícamente como "derechista" o favorecedora de los empresarios, crí ticas éstas que anunció que el PSOE no va a admitir e incluso va a "combatir". No hay, sin embargo sensación. de acoso. JoscMaría Benegas aseguraba que rá en el PSOE, ni en el Gobierno existe esa sensación.

Benegas aseguró, en tono de advertencia, que el PSOE se opondrá "con rotundidad" a quien prolifere la utilización de la violencia en las movilizaciones sociales e hizo un llamamiento a la responsabilidad tanto a los trabajadores como a los sindicatos y los sectores sociales enfrerítados al Gobierno para que utillcen la vía del diálogo "y desechen la alteración sistemática del orden público".

En un perceptible deseo de arropar a toda costa al Gobierno, Benegas rehuyó formular cualquier crítica a la gestión gubernamental o al talante de los miembros del Ejecutivo en el modo de afrontar las exigencias planteadas por la sociedad a sus respectivos ministerios.

No obstante, reconoció que el PSOE no puede considerarse ajeno a la "crisis de los partidos, sindicatos y otras organizaciones" en su papel mediador entre la sociedad y el Gobierno, aunque al serle solicitada una explicacíón sobre la incapacidad de su propio partido como canalizador de las demandas sociales se limitó a indicar que la sociedad identifica al PSOE y al Gobierno con una misma cosa y que la mayoría de los cuadros socialistas están casi completamente dedicados a "tareas de gestión".

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