Alberto Iniesta,

obispo, le ha escrito una carta al futbolista del Real Madrid Emilio Butragueño en la que le da consejos para que el chico siga manteniendo viva la fe en Cristo. A través de la revista cristiana Vida Nueva, el prelado le aclara a El Buitre que ni le gusta el fútbol ni es hincha del Madrid ni seguidor suyo como deportista, pero que le agrada mucho su "talante sencillo" y "modesta simpatía", pero "sobre todo" su "fe cristiana". Iniesta le dice al jugador: "No temas, no voy a pedir nada para mí, si acaso, para ti y para un amigo. ( ... ) Que conserves el sagrado depósito que tus padres, tu parroquia y tus educadores sembraron en ti como una semilla divina que tiende hacia la vida eterna; ( ... ) que te agarres al Señor, que le reces, que le busques, que le sigas, que no le pierdas por nada del mundo". "Quiero pedirte también algo para un amigo, nuestro común amigo Jesucristo: que le reconozcas". Emilio Butragueño le responde en esta misma revista: "Le agradezco de corazón que pida para mí la fortaleza de la fe. Trato de conservarla cada día manteniéndome fiel y agradecido a lo que de Dios y mis padres he recibido". Butragueño, futbolista al fin, ve a Dios como un gran árbitro: "A veces me pregunto por qué me saca el Señor esas tarjetas amarillas y hasta rojas en este partido de la vida. Sólo Él lo sabe y hay que aceptarlo, aunque no se comprenda. Pasa también algunas veces en nuestro juego, como usted sabe".