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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un mito de nuestro tiempo

Después de la primera hora del documental Los asuntos de la compañía -el segundo de los tres episodios se emite hoy en El ojo de cristal- queda la duda de si la CIA existe realmente o es un nombre de conveniencia para toda la política exterior de Estados Unidos; es decir, si es un todo. Cada época tiene sus mitos de poder oculto: hubo un siglo para los jesuitas y otro para los masones, y una gran época en la que todo lo que pasaba y cada sujeto o entidad sospechosa eran parte del Intelligence Service británico. El mito de nuestro tiempo es la CIA, a la que se ha llamado un poder dentro del poder.Lo que no se sabe, dentro de la mitología, es cuál es el contenido y cuál el continente; es decir, si Estados Unidos contiene a la CIA como otros organismos legales de seguridad y de intervención o si la CIA contiene a Estados Unidos. La cadena de testimonios -cabezas parlantes de la primera parte del documental deja la duda. Hubo un momento en el que los hermanos Dulles eran al mismo tiempo ese todo: Foster era el secretario de Estado con una presidencia débil Eisenhower, prejubilado; Nixon, vicepresidente, poco cerebral, y Allan, el jefe de la CIA.

Lo que la historia sabe son los errores de aquel tiempo, las intervenciones en favor de unas dictaduras o de unos pactos entre dictaduras que se desvanecieron por idiotas y mal basados: cómo cayó el Pacto de Bagdad y surgió la guerra de Corea y se desintegró la SEATO y se sembraron las semillas de Vietnam. Y lo que la historia crítica retiene es que la CIA es una sucesión de graves errores; es decir, de una intoxicación de la opinión política en forma de conservadurismo armado para hacer suponer situaciones que no existen. Hubo el error Fidel Castro, que nació de una falsa estimación de la CIA y que trató de corregirse con otro error trágico, el desembarco en la bahía de Cochinos, nacido de la falsa información de que una acción militar volcaría la isla en contra de su dictadura comunista, y luego el error del intento de atentado contra Fidel Castro... De ahí al error de Irán, de Libia o de Líbano -que quedará fuera de reportaje, que es antiguo: siete años de retraso- están los del Congo, los de Centroamérica, el de Vietnam. Los testimonios, por -lo visto en el primer episodio, no hurtan la vida errónea de la CIA, pero la encomiendan generalmente a la necesidad de reaccionar contra la Unión Soviética y el comunismo: la cruzada.

Pero habrá quizá que recordar que las acciones de estilo CIA en América no son sólo anteriores a la creación de este organismo -que es de 1947-, sino de antes del comunismo: son de la época zarista. La CIA parece más bien, y el reportaje tiende a afianzarlo, el nombre oficial de un sistema, la ordenación y la burocratización -se habla de 300.000 funcionarios- en un momento dado de un impulso que alguien ha llamado "el imperio involuntario". Un imperio creado error tras error; pero con sólidos errores que han construido finalmente la potencia más grande y más expandida que haya conocido nunca la historia.

Tan fuerte se ha hecho el mito de la CIA que ahora se puede pensar que este mismo reportaje denunciante sea obra suya -ya se dice en él que es capaz de crear sus propios anticuerposy contribuya a hacernos creer que nuestras empresas, nuestros medios de comunicación, nuestros amigos, nuestros partidos, estén ya tan infiltrados de CIA que, poco a poco, el organismo no sólo contiene dentro de si a Estados Unidos, desde su presidente a su último negro, sino al mundo entero; y de si no seremos ya todos, sin saberlo, partes de la CIA.

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