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"¡Qué ágil la encuentro, señorita!"

Más de 1.000 jubilados celebraron San Valentín en una discoteca de Tetuán

El amor en la tercera edad "llega hasta lo último, hasta lo más sublime", afirma con total convencimiento Luis Nanclares, de 76 años, presidente de uno de los 11 clubes de jubilados del distrito de Tetuán y novio desde hace siete años de Encarna García, de 72 años, presidenta del club San Antonio. Los dos, al igual que otras 1.200 personas mayores de 60 años, celebraron el pasado viernes el día de San Valentín en una discoteca de la calle de Bravo Murillo. La fiesta la organizaba por segundo año la Junta de Tetuán, que anunció ese día la inmediata inauguración del primer club municipal de jubilados del distrito, el de la Remonta, al que ya se han inscrito 5.000 personas.

Varias parejas de novios festejaban así un amor que afirman ser, a esas alturas de la vida, "menos pasajero que en la juventud". "A los 15 años te sientes atraída por muchos chicos. Ahora te fijas en uno y ya te vale", apunta Gloria Yamel, 60 años, una de las que más marcha puso.Para Luis Nanclares, el matrimonio a esas edades entre viudos no es aconsejable. "Ellas cobran la pensión de su marido; si se casan la pierden. Además, cada uno tiene ya sus compromisos familiares". Todos coinciden en que el amor busca terminar con la soledad. "Te sientes protegida por un caballero, tienes como un guardaespaldas", dice Encarna.

Sobre todo, educación

Dos horas antes de abrir las puertas de la discoteca varias docenas de personas ya hacían cola. Al entrar, a las cinco y media de la tarde, un clavel y una consumición de regalo. Allí estaban las señoras más bailonas con sus mejores collares. "Tengo 72 años, bailar me gusta más que comer, no me canso nunca y mira qué tacones llevo", dice una de ellas. Su marido está de acuerdo: "Primero me cansa a mí, y después a quien se tercie"."A una mujer, como se le debe sacar a bailar es, sobre todo, con educación", aconseja Anselmo Iglesias, de 63 años. "¿Tiene usted algún compromiso, señorita? ¿Sería tan amable de concederme este baile? Después, un piropo: ¡qué ágil la encuentro! Y. al final: a sus pies, señorita".

Josefa Fernández, 71 años, y Santiago Fernández, 80, viudos los dos, salen juntos desde hace cuatro años. Fue un auténtico flechazo en el Hogar de Jubilados: "Él me miró, yo le miré. Nos tomamos unas copas. Nos gustamos. Y a bailar", asi cuenta Josefa el primer día. De él habla con pasión: "Se mueve y se jadea que para qué contar.

Más que un joven. Pero yo tampoco me quedo atrás". Aunque la mayoría de las veces han participado en grupo en las actividades y excursiones, "ya hemos ido alguna vez a Benidorm en plan matrimonio".

Eran las seis y media de la tarde cuando más animada estaba la pista de baile. Del millar largo de jubilados, pocos dejaban de contonearse al ritmo de "a mí me gusta la gaita, viva la gaita, viva el gaitero". Los achaques corporales propios de la edad eran tema de conversación muy recurrido para quienes permanecían sentados.

Antonia Jimeno, de Huelva, 90 años, era la abuela por excelencia de la fiesta. Llegó acompañada de sus dos hijas y en seguida, una vez colocado el clavel rojo en el pelo cano, se puso a bailar jotas. "El secreto está en que me conservo delgadita". "¿La última vez que estuve enamorada?... Se enamoraron de mí. Fue en un melonar". Cuando llega Leandro Crespo, presidente de la Junta, Antonia corre a darle un beso. "Él cariño que me tienen", señala el concejal, "viene de que ven en el responsable municipal no sólo una institución sino un cauce de comunicación. Sentirse solos es su principal problema".

Agradecimiento

Crespo reconoce que las sugerencias y peticiones suelen ser muy prudentes, y el agradecimiento enorme. Eso lo dijo antes de que Francisco de Diego se le acercara a proponerle la construcción de una pista de patinaje artístico, "como la de Jaca", por suscripción popular. "Es un negocio seguro".Según Rosa-Rojo y José Badiola, animadores socio-culturales de la Junta de Tetuán, y organizadores de la fiesta, el sector social de los jubilados -aproximadamente unos 30.000 en el distrito- es el que mayor presupuesto acapara de lo dedicado en el distrito para este tipo de actividades. Los bailes, las meriendas y las excursiones son las actividades con más éxito. "Si se organizan conferencias, no son de un tono muy profundo. Hay que tener en cuenta que ésta es una zona de gente económica e intelectualmente modesta".

"Esto es fabuloso, estamos los viejos muy cachondos. Lo tenían que hacer por lo menos una vez al mes", comenta alguien. "Por favor, ¿la salida?", pregunta una señora. "Subiendo esas escaleras de la derecha". Hace un gesto de disgusto y cansancio. Sin embargo, hasta las escaleras va medio andando, medio bailando.

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