El Parlamento portugués aprueba la ley de privatización de la radio
La dirección de Radio Renascenza, propiedad de la Conferencia Episcopal de Portugal, ha calificado como una afrenta a la Iglesia católica la aprobación definitiva por el Parlamento de una ley que permite a las empresas privadas obtener frecuencias para emitir.
La nueva ley, aprobada durante la tarde del pasado jueves, día 12, con el apoyo de los partidos de izquierda (socialista, comunista y renovador democrático), supone el final del monopolio de las ondas que compartían el Estado y la Iglesia católica. Votaron en contra de esta ley los partidos socialdemócrata (en el Gobierno) y democristiano (en la oposición de derecha).
El nuevo texto legal define un nuevo cuadro de frecuencias para la radiodifusión y establece criterios para la instalación de radios locales y regionales de carácter privado.
El proyecto de ley fue aprobado en primera instancia por el Parlamento hace un mes, pero el presidente de la República, Mario Soares, decidió devolverlo al Parlamento tras reconocer legitimidad en las protestas de sectores católicos. Mario Soares tiene ahora ocho días para promulgar dicha ley o para pedir al Tribunal Constitucional que se pronuncie si el texto es conforme a la ley fundamental.
Nacionalizaciones
La legislación actual sobre radiodifusión en Portugal no permitía, como consecuencia de las nacionalizaciones resultantes de la revolución de 1974, la existencia de radios regionales privadas. Sin embargo, en el ámbito nacional sólo podían emitir dos emisoras estatales y la católica Radio Renascenza.Radio Renascenza, constituida en una auténtica radio comercial, con muy pocos espacios dedicados a los temas religiosos, es la emisora de mayor audiencia en Portugal. Apoyada en este privilegio, Radio Renascenza amplió la red de frecuencia modulada al amparo de un decreto del Gobierno de Soares de 1985. Esta radio invirtió entonces varios millones de escudos en la expansión de la red.
Los obispos portugueses juzgaron el proyecto de ley como "injusto e inaceptable" antes de ser devuelto al Parlamento por Mario Soares. Ahora la decisión del Parlamento ha producido un clima de una mayor oposición por parte de la Iglesia oficial portuguesa.
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