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Investigación sobre el accidente de un detenido conducido por la Guardia Civil

El director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, ha ordenado la apertura de una investigación para esclarecer las causas de la detención, el accidente y los daños sufridos el pasado lunes en Solsona por el joven Josep Casserras Quinta, de 19 años. Casserras cayó o se arrojó de un vehículo oficial de este cuerpo cuando teóricamente era conducido al cuartel. La versión facilitada por la Guardia Civil guarda profundas discrepancias con la que sostienen otros testigos.

La investigación busca depurar las responsabilidades administrativas o gubernativas en que hayan podido incurrir los dos guardias que detuvieron a Casserras.

El joven ingresó en la unidad de traumatología de la ciudad sanitaria del Valle de Hebrón, en Barcelona, aquejado de un "edema cerebral difuso", según informaron ayer en el servicio de urgencias, y permanece ingresado en la unidad de neurocirugía. Su estado no reviste gravedad.

La detención se produjo en Solsona poco antes de la once de la noche del martes, hora en que los guardias implicados finalizaban su turno. "Existe una orden por la que, antes de finalizar el servicio, los guardias tienen que acudir a la gasolinera a repostar combustible y dejar el vehículo a punto para cualquier emergencia", según la Guardia Civil.

Cuando se dirigían a la estación de servicio, al pasar frente al pub l'Aixeta, los guardias "oyeron voces y se asomaron al interior del bar", señala esta versión oficial. Casserras, "les llamó fachas y los guardias le ordenaron que saliera del establecimiento y se identificara". Por contra, varios testigos presenciales, entre los que se encuentra el dueño del establecimiento, afirmaron que en el interior del pub nadie gritaba y negaron que el joven hubiera insultado a los agentes.

Testimonios contradictorios

Ya en la calle, "además de negarse a ser identificado aduciendo que ya le conocían, Casserras insultó de ' nuevo a los guardias, quienes optaron por trasladarle al cuartel", según el relato oficial. El joven fue colocado "solo y sin esposar" en la parte trasera del Land Rover, y los agentes ocuparon las plazas delanteras", agrega ese relato. Momentos después de reanudar la marcha, y cuando el automóvil circulaba "en dirección a la gasolinera y, por tanto, en sentido contrario al cuartel, el detenido abrió la puerta trasera y se arrojó del coche. Al percatarse de lo sucedido por el ruido de la puerta, los guardias detuvieron el vehículo y acudieron junto al joven, que se encontraba tendido en la calzada. Existe un testigo que corrobora estos hechos", afirma el parte oficial.Los otros testigos presenciales subrayan que el accidente ocurrió 45 minutos después de la detención, a pesar de que entre el bar y la gasolinera hay una distancia de sólo 400 metros. Coinciden en señalar que lo sucedido constituye "una acción vengativa por parte de los guardias civiles". Estas fuentes aseguran que hace unos días Casserras tuvo una discusión en una discoteca de Solsona con uno de los guardias.

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