Propuesta belga para un acuerdo sobre el presupuesto comunitario

La presidencia belga de la Comunidad Europea propuso ayer un compromiso a los ministros de Hacienda de los doce reunidos en Bruselas para intentar alcanzar un acuerdo que permita a la CE disponer por fin de un presupuesto para el año en curso. José Borrell, secretario de Estado de Hacienda, representaba a España.Si el Consejo de Ministros, que inició su discusión ayer por la tarde, logra esta madrugada un compromiso, su nueva propuesta será sometida la semana próxima al Parlamento Europeo y, si esta institución lo aprueba, el presupuesto de la Comunidad para 1987 entrará inmediatamente en vigor.

De lo contrario, la actual crisis se prolongará obligando a la CE a seguir funcionando en base a la modalidad de los "doceavos provisionales" que consiste en adecuar sus gastos a los del año anterior, un sistema que perjudica especialmente a los Estados mediterráneos y concretamente a España.

Por eso, Madrid, Roma y Atenas se han esforzado por impedir su puesta en práctica denegando algunas peticiones de fondos de la Comisión Europea para forzar al titular belga de Finanzas, Guy Verhofstadt, a convocar un consejo ministerial extraordinario, lo que hizo finalmente ayer.

Después de la aceptación en enero por la Asamblea de Estrasburgo de una propuesta de mediación formulada por la Comisión Europea, que una mayoría de capitales septentrionales rechazó, las discrepancias entre el Parlamento y el Consejo de Ministros se ciñen a la oportunidad de incluir o no en los compromisos de pago de 1987 - gastos apalabrados ahora pero cuyo desembolso se hace efectivo en años venideros- 62 millones de IECU (unidad de cuenta europea, equivalente a 147 pesetas).

Ni que decir tiene que el litigio sobre una cantidad tan pequeña, que representa un 0,2% del presupuesto, encubre, en realidad, un enfrentamiento más profundo sobre el derecho del Parlamento a incrementar cada año, por encima del tope del 8,1 % fijado por los ministros, los gastos de la CE que no sean obligatorios, es decir los que no están destinados a la agricultura.