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La corrección a la baja consigue imponerse

Pese a la diferencia entre la actual situación de los mercados de valores y la de hace algunos años, hay viejos dichos que continúan teniendo vigencia. Uno de ellos hace referencia a la cualidad de la desconfianza para ponderar a la baja, tal y como ha sucedido en esta última sesión, en la que las apresuradas tomas de posiciones en valores industriales de la apertura semanal no consiguieron disipar las dudas de los habituales. La sospecha de que los valores eléctricos podían tener algún apoyo institucional estaba demasiado extendida por el patio de operaciones como para no ejercer su influencia en el ánimo de los inversionistas. El papel ha sido en esta ocasión muy superior y ha producido bajas de importancia, lo que pone en duda la capacidad de las medidas adoptadas para evitar el contagio del efecto FECSA al resto del sector.Pero no todo ha girado en torno a los valores eléctricos, pues el mercado se hallaba más volcado en otros sectores y ha concentrado en ellos casi toda su atención. Las extrañas piruetas de la víspera se han convertido en abandonos que han tomado por sorpresa a aquellos que perdieron la visión global del mercado y sólo atendían a los cantos de sirena de la especulación. Tan sólo un grupo, el siderúrgico, consigue un discreto avance, retomando el resto la tendencia que tenía el mercado antes de iniciarse la última polémica sobre el sector- eléctrico. Las bajas han superado a los avances de la jornada precedente en la mayoría de los casos y han sembrado la confusión entre los especuladores, principales afectados por el radical cambio de orientación del mercado.

La limpieza de fondos tanto tiempo esperada tiene en esta ocasión más posibilidades de materializarse que nunca, aunque, como siempre, la última palabra la tiene el dinero, cuya presencia en el mercado es menor cada día. La contratación ha descendido hasta los 15.000 millones de pesetas efectivas, cifra que, siendo elevada, se aleja bastante de los máximos conseguidos hace sólo 10 días. La corriente de dinero empieza, pues, a ceder, y son los vendedores los que tienen la palabra.

El mercado mantiene su capacidad operativa casi íntegra, ya que sólo han sido 40 los valores que han quedado sin contratar por falta de contrapartida, 16 de ellos; por tener exceso de oferta, encontrándose entre éstos algunos valores importantes. Dos valores bancarios de segunda fila se encontraron en esa situación, mientras que el resto del sector se orienta a la baja con escasas excepciones. Los siete grandes mantienen su saldo global con signo vendedor, pero en los mismos términos que el día anterior, al tiempo que el volumen negociado ha ascendido hasta casi 700.000 títulos.

Esta mayor actividad del grupo bancario supone un freno en la caída de las cotizaciones, situación que sirvió para tranquilizar ligeramente los ánimos al cierre de la sesión, ya que predominaban las posiciones vendedores para la práctica totalidad del mercado, por lo que no parece que haya que esperar grandes cambios para la sesión de esta mañana.

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