Ni frío ni calor, sólo un resultado razonable
La capacidad de absorción mostrada por el sector eléctrico, tanto el viernes pasado como ayer, ha constituido un auténtico sedante para los nervios de la inversión a corto plazo, por lo que el ambiente en los patios de operaciones ha dado un importante giro y el dinero ha comenzado a hacer acto de presencia, aunque con unos movimientos que han conseguido asustar en más de una ocasión. Los cambios radicales que registraron algunos valores, pasando de la posibilidad de publicar posición de papel sin operaciones ante el exceso de oferta a fijar cambio mejorando la cotización anterior, llegaron a enrarecer el ambiente, hasta el punto de que era imposible predecir la trayectoria de cualquier cotización juzgando por el inicio del corro. Según la opinión más extendida, el apoyo institucional a los valores eléctricos puede haber comenzado y, aunque esto es difícil de comprobar, es evidente que no llega a otros sectores que aún tienen pendiente una materialización de beneficios importante.La aparente incapacidad del dinero para permanecer ocioso es la que ha procurado estas primeras tomas, que sólo tratan de estar presentes en cualquier asunto que pueda guisarse en el mercado. Una coyuntura económica que empieza a producir algunas preocupaciones no parece ser un obstáculo insalvable para todo ese dinero que está dispuesto a obtener su cota de beneficio en el mercado de moda. La sesión, no obstante, ha registrado un equilibrio ejemplar entre coyuntura económica y coyuntura bursátil, ya que el índice general del mercado madrileño no ha sufrido variación alguna, lo que bien pudiera traducirse como el resultado de una situación estable, esto es, ni frío ni calor.
Los primeros tanteos del sector eléctrico fueron negativos, hasta que la facilidad con que se absorbían las ventas fue causando cierto impacto entre los vendedores que se replegaban a observar cómo el dinero hacía de las suyas. Algunos avances y repeticiones fueron el resultado más inmediato, aunque transcurridos 10 minutos comenzó a imponerse con más claridad, debido siempre al repliegue de los vendedores. El sector eléctrico cerró con un ligero beneficio y a la espera de que se reanude la contratación de FECSA, pues sólo esto representaría una novedad con respecto a la situación del viernes último.
Los sectores industriales han vuelto a actuar de revulsivo para el mercado gracias a su capacidad de adaptación, destacando constructoras y químicas por las enérgicas y extrañas reacciones que tuvieron algunos de sus componentes. El sector bancario vino a enfriar un poco el ambiente al tener saldos vendedores la mayoría de sus componentes, tanto de primera como de segunda fila. Los siete grandes sólo tuvieron recortes o repeticiones, aunque sus saldos eran de poca importancia. También el número de títulos negociado registró un retroceso, situándose por debajo de los 450.000. El Vizcaya descontó su segundo dividendo a cuenta del ejercicio pasado, con cesión de otros 20 enteros. La situación al cierre indicaba predominio comprador no exento de cierta desconfianza.
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