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Coca, Garnica y Herrera sindicaron sus acciones para hacerse con el control político del Banesto

Joaquín Estefanía

En el último trimestre del año 1977, días antes de la fusión del Banco Español de Crédito (Banesto) con el Banco Coca, Ignacio Coca (presidente del último), Pablo Garnica y Juan Herrera llegaron a un acuerdo privado para la sindicación de sus acciones, que les llevaría al control político del entonces primer banco del país. Este pacto secreto se fue al traste definitivamente cuando las acciones de Coca fueron pignoradas. La negociación de esta pignoración fue Nevada a cabo por José Luis González Zaldúa, albacea del financiero, que hoy es el hombre fuerte del Banesto en Tierras de Almería.

La noticia del pacto secreto de sindicación de acciones fue dada a conocer por Horacio Oliva, abogado penalista de los Coca, el pasado viernes (véase EL PAÍS de ayer). Oliva se refirió a ella indicando que Coca sindicó sus acciones con dos altos cargos de Banesto. Estos dos altos cargos fueron Pablo Garnica, actual presidente del banco, y Juan Herrera, consejero y representativo de una de las grandes familias en la entidad.Según fuentes que asistieron al interrogatorio de Garnica y Sainz de Vicuña (otro consejero muy representativo de Banesto), el pasado día 4, por el juez Galán Cáceres en relación con la querella criminal interpuesta por los herederos de Coca, Garnica reconoció la existencia de este pacto, aunque le quitó el calificativo de secreto; el acuerdo serviría para votar juntos en los consejos de administración de Banesto.

De esta forma se aclaraba, de cara al futuro, la sucesión en la cúpula de Banesto, que en el momento de la fusión de los dos bancos ostentaba José María Aguirre Gonzalo. El pacto se completaba con otro documento privado, que aparece citado en la querella criminal, del día 16 de diciembre de 1977, entre Garnica y Coca. En él,.tras un prólogo en el que ambos banqueros expresaban tener , "plena coincidencia de criterios e ideas comunes en las que comulgaban", se fijaban varias condiciones: entre ellas, "que don Ignacio Coca sería nombrado consejero y vicepresidente del Banco Español de Crédito, quien propondría a otras dos personas para ocupar otros dos puestos de consejeros". Esta última condición tampoco llegó a cumplirse.

Varios años después, Banesto y Coca llegaron a una renegociación de la deuda y se pignoraron las acciones del banquero. El número de acciones que Ignacio Coca y su hermano poseían de Banesto era del 9% del total, según fuentes de la defensa de los Coca. Este porcentaje convertía a los Coca en los primeros accionistas de la entidad, a mucha distancia del resto de los consejeros. Según Horacio Oliva, los acuerdos de pignoración de acciones se negociaron cuando, según el psiquiatra de Ignacio Coca, el doctor José Pozuelo, Coca tenía anulada su capacidad de decisión. En la querella, el doctor Pozuelo describe así este momento: "Encontré al paciente sumamente deprimido, más de lo que le había visto en visitas anteriores, muy angustiado, Con retraso psico-motor y un gran enlentecimiento de sus procesos mentales". Según Oliva, la negociación de la pignoración de acciones, en nombre de Coca, la llevó "una persona que ocupa hoy importantes puestos en las sociedades de Banesto".

Según ha podido saber este periódico, tal persona fue JoséLuis González Zaldúa, albacea del financiero que se suicidó el pasado 26 de junio. González Zaldúa fue nombrado hombre fuerte de la sociedad Quash-Tierras de Almeria, poco después de que José María López de Letona fue nombrado primer ejecutivo de Banesto hace apenas unos meses.

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